Le Marche son una región secreta, de alturas y horizontes, de rocas silenciosas y aguas claras. La vista sobre el Adriático y la conexión directa con la Península Balcánica, hacen que esta región un puente frontera entre Oriente y Occidente, tierra de encuentros. Una bisagra entre el norte y el sur, lo que le confiere inevitablemente uno de los aspectos culturales y artísticos más evocadores de Europa.
El paisaje de las Marcas
Para recordar las playas aterciopeladas y doradas de Senigallia, con su paseo marítimo animado por numerosos establecimientos balnearios, un San Benedetto del Tronto, un encantador centro turístico ideal para aquellos que quieran relajarse. Desde la costa que trepa imperiosamente sobre el acantilado del Conero, zona no contaminada donde se encuentra Porto Novo, balneario inmerso en una naturaleza particularmente encantadora, con rocas frente al mar. Como el sugerente Garganta de Furlo o las cuevas de Frasassi, considerada entre las más bellas del mundo. Lugares que dejan huella en los amantes de la naturaleza extrema, como ricos oasis de WWF y los numerosos parques nacionales en el medio las montañas Sibillini y las montañas Laga, donde también es posible practicar los lugares invernales más famosos. Desde las colinas, que albergan grandes extensiones de viñedos y huertos, en los alrededores. Iesí y en Valle de Esino, atravesado por ríos que siguen caminos ancestrales, a países abrazados por el arte atemporal.
Ciudades y arte
Inolvidables los pintorescos pueblos medievales como Cagli, Corinaldo y Recanati, la ciudad que dio origen a Giacomo Leopardi o el santuario de Loreto que atrae a fieles de todo el mundo. Las Marcas dan la bienvenida entre sus montañas, colinas y costa, ciudades extraordinarias, rica en arte y cultura, como Pesaro, donde nació Gioacchino Rossini, con sus villas del siglo XVI. Ascoli Piceno, inconfundible, gracias a la cálida tonalidad del travertino que la caracteriza. Hasta los horizontes ilimitados, donde, inmersos en la naturaleza, encontramos Urbino, lugar de nacimiento de Rafael. Las marchas son una tierra hospitalaria y generosa, que entre el arte, la cultura, la naturaleza y el gusto por lo genuino dan emociones auténticas.