Una expresión que surge de los resultados de una encuesta. Apellido, para expresar la voluntad de querer permanecer dentro de la Unión Europea. Una elección que, sin embargo, no es el resultado de una pura abnegación; pero tiene afirmaciones que ni siquiera son tan inapropiadas: los políticos deben cambiar esta Europa, que pertenece más a las finanzas que a los pueblos.

Luego de la crisis económica que estalló en 2008, que resultó en la aplicación de la teoría de la austeridad; la incapacidad para gestionar con eficacia los importantes fenómenos migratorios dictados por los tumultuosos conflictos en Oriente Medio; la llegada del Brexit, acontecimiento sinónimo de la precariedad de la estabilidad política del continente unido. No han hecho más que perfilar el perfil de una Europa débil y expuesta al riesgo real de una posible división. Sin embargo, esta última encuesta muestra lo lejos que está todavía la realidad de una mayoría antieuropea en Italia. Pero los partidarios proeuropeos no dejan de mostrar su descontento con las directivas emprendidas hasta ahora, pidiendo así nuevas estrategias económicas y políticas.

Los datos de la encuesta

Se preguntó a los italianos qué posiciones tomarían antes de un referéndum popular que estableciera la permanencia o "salida" de la Unión. El 56,3% de los votantes cree que los políticos electos deberían ocuparse de ello, dada la complejidad de la cuestión; de la otra campana, sin embargo, al 28,1% también le gustaría asumir esta responsabilidad. Si el Brexit ha afectado la respuesta a estas preguntas, no podemos decirlo con certeza; Sin embargo, podemos contextualizar cuánta prudencia hay entre las opiniones de los italianos sobre este tema.

Si el frente de los escépticos hacia la UE, que creen que es el Uninone que ha generado la base de la crisis económica en nuestro país, es del 13%; la antítesis del escepticismo, que confía en la búsqueda de posibles medidas para mejorar la suerte del país, es del 28%. Pero la mayoría de los italianos, alrededor del 57,5%, no puede escapar a la idea de dejar de ser considerados europeos; De esta expresión se desprende cuánto aún no se han arraigado las nuevas tendencias nacionalistas que quisieran encerrar al mundo.

Sin embargo, hay otra expresión curiosa relativa a la UE. La idea de volver al concepto de moneda nacional, destrozando el euro, preocupa al 64,4% de los entrevistados; una parte que cree cuánto ha amortizado el euro la precipitación financiera causada por la crisis de 2008. La otra parte cree que Italia, en el ejercicio de su posición dentro de Europa, debería volver a discutir un plan de flexibilidad más apropiado en lo que respecta a las restricciones financieras y la coordinación entre los políticas económicas de las distintas naciones. Cuatro quintas partes de los italianos (80,5%) serían de esta opinión.

Más partidarios de Europa

La suma de las orientaciones expresadas, en comparación con los datos recopilados en 2014, aclara un claro contraste entre las partes entrevistadas. Por un lado, los proeuropeos, convencidos de la necesidad de que Italia permanezca dentro de la UE; que representan dos tercios de la población (67,4%), un aumento en comparación con 2014 (63,6%). Por otro lado, los anti-euro, que cuentan con un pequeño porcentaje de participantes (15,2%), pero a tener en cuenta ya que están ligeramente por encima, respecto a 2014 (11,7%). Así que sacaríamos de ello cuánto bajan los "euros débiles", a favor de la Unión, pero aún persuadidos por la duda, en comparación con 2014 (9,4% hoy; 13,9% en 2014); y cuánto han disminuido los euroescépticos a favor de salir de la Unión Europea (un 2,8% en comparación con 2014).

Los italianos quieren Europa, una última encuesta lo confirma última edición: 2016-11-22T10:35:00+01:00 da Carlos Festa

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