Septiembre mes de las conservas, una cita ineludible para muchas familias italianas. Según encuestas recientes, una familia de cada cinco, equivalente al 21%, se dedica en este período a la elaboración de mermeladas, puré de tomate, encurtidos y encurtidos. Esta práctica, que tiene sus raíces en antiguas tradiciones campesinas, representa hoy una elección consciente para garantizar una alimentación más auténtica y natural, reduciendo al mismo tiempo el desperdicio de alimentos.
Septiembre mes de las conservas, vuelta a la tradición por la cocina sostenible
La creciente atención hacia una alimentación más saludable y la necesidad de reducir los residuos Los productos alimentarios recuperan la antigua tradición de las conservas caseras.
En una era donde el sostenibilidad es un tema crucial, cada vez más familias italianas redescubren el placer de transformar los dones de la naturaleza en delicias para disfrutar durante todo el año, respetando los ritmos estacionales y explotando los frutos de la tierra en su máxima expresión.
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Septiembre es el mes perfecto para capturar todo el sabor de los tomates, calabacines, pimientos, melocotones y ciruelas, que alcanzan su máxima madurez.
Preparar conservas en casa permite conservar su sabor y propiedades nutricionales, sin recurrir a conservantes artificiales. De esta forma, evitarás la compra de productos industriales y tendrás la seguridad de llevar a la mesa alimentos auténticos y de calidad, valorizando al mismo tiempo la excelencia del territorio.
Reducción de residuos y fabricado en Italia.
La elaboración de conservas caseras representa una solución ideal Reducir el desperdicio de alimentos, especialmente durante los meses de verano, cuando abundan las frutas y verduras.
Sin una conservación adecuada, muchos de estos productos correrían el riesgo de perderse. Las conservas permiten conservar todo su sabor y nutrientes, garantizando comida fresca y genuino para consumir durante todo el año.
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Además de ser uno elección sostenible, elaborar conservas en casa también permite un importante ahorro económico. Cada tarro de mermelada o de puré se convierte en un símbolo de autenticidad y de atención a la alimentación.
Además, las conservas elaboradas con materias primas italianas realzan la excelencia del Hecho en Italia, ayudando a apoyar la economía local y potenciar los productos locales. Entre otras cosas, mantener vivas las tradiciones culinarias italianas no es sólo una cuestión de gusto, sino también un compromiso con la sostenibilidad medioambiental y la protección de las generaciones futuras.
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