A unos treinta kilómetros de Verona, donde la ciudad da paso al campo, se esconde una pequeña joya que se refleja en las aguas de su río: Borghetto sul Mincio.
Si realmente queremos ser precisos, el nombre correcto del lugar sería simplemente Borghetto, una aldea de valeggio. Sin embargo, la toponimia no es muy importante. Lo que atrae al visitante es sin duda su belleza que le ha permitido contarse entre los pueblos más bellos de Italia. El pequeño pueblo es una pequeña pincelada de un mundo antiguo, donde la historia de los antiguos caballeros medievales se entrelaza con los brazos incansables de los molineros.
Borghetto sul Mincio: las huellas de un pasado antiguo
Borghetto sul Mincio tiene orígenes muy antiguos. El primer asentamiento se remonta al Período lombardo. Las huellas de su paso todavía son claramente visibles al observar el Dirección de Curtis erigido alrededor del siglo VII después de Cristo. Esta fortificación controlaba directamente el río Mincio, y fue en esta estructura donde se cobraron los peajes en el curso de agua. Después de la Lombardos, Borghetto sul Mincio entró en la mira de muchas familias medievales. Primero el Gonzaga, Entonces el Sereno of Venice, el Visconti y finalmente los ejércitos austríaco y francés. Su posición era particularmente estratégica para el control de la Área de Veneto.
Incluso los legados medievales todavía están presentes en el pequeño pueblo. Entre estos se encuentran, sin duda, los Puente Visconteo y la Castillo de Scaligero. El primero fue diseñado en el siglo XVI por Gian Galeazzo Visconti, Duque de Milán, y consistía en una presa fortificada útil para controlar las fronteras de su ducado. Castillo de Scaligero estuvo activo entre los siglos X y XV. Desde allí arriba era posible vigilar todo el Valle de Mincio. Hoy solo queda una pequeña parte, representada por el Torre redonda y uno de los puentes levadizos supervivientes.
Un pueblo de agua y molinos
Al final de la dominación veneciana Borghetto sul Mincio perdió sus funciones militares y se convirtió a la agricultura. Un molino tras otro comenzaron a levantarse, y la vida de la pequeña aldea pareció entrar en profunda simbiosis con la río Mincio. De hecho, los molinos representaban la principal actividad de sustento de la aldea. Hoy sus palas han dejado de girar y se han convertido en cama y desayuno y tiendas de artesanías. Sin embargo, esto no rompe la atmósfera mágica que se cierne alrededor. Borghetto sul Mincio. Las pocas casas que quedan que aún se reflejan en el río continúan ofreciendo sugerentes vistas.
Borghetto sul Mincio es un destino imperdible para todos aquellos turistas que visitan los alrededores Lago de Garda por primera vez. Para disfrutar plenamente del encanto de este destino atemporal es recomendable dar un paseo por el río al atardecer hasta llegar al puente de madera. Desde aquí el rojo del atardecer descenderá hasta el valle para luego mezclarse con las aguas del río, y finalmente encantar la mirada del visitante. Aunque necesitas poco tiempo para visitar Borghetto sul Mincio, déjate llevar por este lugar encantado. El gorgoteo del agua será un fondo constante. Así que déjate llevar por la corriente en la belleza de este lugar atemporal.