La noticia de la restauración del bustos de Palmira que tuvo lugar en Italia. Esto gracias al arduo trabajo deInstituto Superior de Conservación y Restauración de Roma que ha devuelto la vida y el esplendor a las dos obras sirias. Un trabajo que también vio el uso de los soportes tecnológicos más modernos, como las impresoras 3D.
La guerra de Palmyra
Muchos de ustedes habrán oído hablar de Palmyra, un antiguo sitio arqueológico considerado entre los más grandes y fascinantes del mundo. También conocido como el Novia del desierto, una vez se consideró una parada fija para aquellos que iban al Medio Oriente. Su origen se remonta al siglo XIX a.C. y estuvo dominada por muchas grandes civilizaciones, incluidas la griega y la romana. Lo que quizás algunos no sepan es que sus obras han ido desapareciendo en los últimos años. Pero no por la acción de las fuerzas de la Madre Naturaleza, sino por la locura del hombre.
La guerra civil en Siria, que estalló en 2011, provocó más de 250 mil muertos (fuente de la ONU). Una auténtica masacre que no parece tener fin. Masacre que también lo ve comprometido Estado Islámico, conocido por la mayoría por el nombre de ISIS.
En mayo de 2015, después de una larga batalla, ISIS conquista Palmira. El sitio fue inmediatamente atacado por tropas yihadistas que comenzaron un trabajo masivo de destrucción. Para los milicianos, la historia de ese sitio representa algo hostil a sus creencias y, por lo tanto, debe ser destruida. Se derriban edificios, estatuas y otros artefactos milenarios, borrando así el legado que nos dejaron las grandes civilizaciones del pasado.
La comunidad internacional toma medidas inmediatas para recuperar los hallazgos. Se organizan expediciones que recuerdan vagamente la saga de Indiana Jones, y se intenta salvar la mayor cantidad de obras posibles. En octubre de 2015, el director del museo de Palmyra Khaled Al-Asaad es ejecutado por no haber revelado la ubicación de algunas obras. La mano loca de ISIS conduce a la destrucción deArco triunfal y los daños sufridos por los bustos de Palmira de los siglos II-III d. C. Estos últimos, tras un peligroso viaje, son recuperados y confiados a los funcionarios italianos que los llevan a Roma.
La restauración de los bustos de Palmira
Una vez en Roma, el Instituto Superior de Conservación comienza inmediatamente los trabajos de restauración. Participan varias figuras profesionales, entre ellas un químico, un geólogo, ingenieros informáticos y, por supuesto, restauradores. Todo bajo la dirección de gisella capponi, director del ISCR. El objetivo no es solo resguardar las dos obras, sino también reconstruirlas, para remediar los daños sufridos.
Se lleva a cabo una extensa investigación sobre los materiales y sobre lo que alguna vez fue la apariencia de los bustos de Palmira. Se analizan todas las posibles operaciones de restauración y reconstrucción, utilizando también las tecnologías más modernas. Y al final se decidió utilizar impresiones 3D para reconstruir las zonas dañadas.
Una técnica difícil, nunca antes utilizada en un rostro como el de los bustos. Pero el equipo dirigido por Capponi acepta el desafío y, con mucho cuidado, reconstruye las partes dañadas del rostro. Secciones que se unen a los bustos con pequeños imanes, todo ello sin dañar ni modificar aún más la pieza original.
El resultado del largo trabajo, completado en los últimos días, resultó ser un éxito sin precedentes. Y en breve, las dos obras serán trasladadas a Damasco, para devolver un trozo de su historia a esas tierras maltrechas.