La categoría de personas más expuestas a la infección por Covid-19 es la de anciano. Considerados frágiles, vulnerables, solos, en ciertos casos particulares han demostrado ser reales guerrieri. Vienen de todas partes del mundo storie recuerdos de abuelos resilientes. Tan llenos de corazón, son testimonio de cuán preciosa es la humanidad, en cada época. Un ejemplo para aquellos que recién han entrado en la vida y están acostumbrados a tener solo una imagen nebulosa de debilidad de sus abuelos.
Los hombres y mujeres de los que estamos hablando son personas único que gracias a pazienza, perseverancia y optimismo fueron capaces de no doblegarse, de levantarse después de la enfermedad encontrándose más vitales y fuertes.
El récord absoluto pertenece al holandés Cornelia Tranquilizar, 107 años el 17 de marzo, huésped en un centro asistencial en Sommelsdijk. Aquí era donde estaba en su cumpleaños. A la mañana siguiente, a los 107 años y un día, descubrió que era positiva para Covid-19. Gracias a su calma y a contar con la atención de los médicos que la atendieron sin considerarla nunca un caso menos urgente que los más jóvenes que padecían de el mismo mal sobrevivió. Ganó y hoy puede contar su hermosa historia al resto del mundo. Para nosotros.
Entonces hay Carrie Pollock, 99 años. Ingresado en el Hospital Queen Alexandra en Portsmouth, Reino Unido, con fiebre alta y sospecha de neumonía. Positivo también. Y ella también se curó. Completamente. En la sala dejó un hermoso recuerdo, una inyección de vitalidad y optimismo para todos: una historia conmovedora del personal médico. En el Reino Unido también Rita Reynolds, una superabuela de Liverpool, de 99 años, también sobrevivió al virus. Él se resistió y lo echó. Churchill (su primer ministro cuando tenía 14 años) se habría sentido orgulloso de ella.
Otra hermosa historia con final feliz es la de Guadalupe, esposa española de 88 años. estera Hernández e José Prieto cerrudo. Los españoles, ambos de 88 años, acababan de celebrar su XNUMX aniversario de bodas cuando se enfermaron. Juntos. Los pacientes hospitalizados fueron asignados a diferentes salas, en diferentes pisos. Sufrieron mucho por la distancia. Era la primera vez, nunca antes se habían separado. Pero la melancolía no los derrocó. Ambos ganaron. Y ahora están juntos de nuevo. omnia vincit amor, incluso el Coronavirus, ¡e incluso a los 88 años!
Pero las historias que más nos calientan son las del hogar. Nuestras pequeñas grandes historias italianas. El de nonna Zelinda, 104 años de Rieti, un auténtico guerrero. Se ganó el virus y se ganó nuestro amor y respeto. Porque Zelinda ya había pasado ilesa otra pandemia conocida, con consecuencias si cabe más fatales que las actuales. Tenía dos años cuando el Spagnola arrasó el mundo diezmándolo desde 1918 hasta 1920. Pero la abuela Zelinda no está sola. A comparte su éxito, y obviamente su temperamento, también hay Ada Zanuso, abuela de origen veneciano e invitada de una residencia en Biella. La misma edad que Zelinda, 104 años también, y tampoco tocada por Spagnola. Positivo en Covid, lo derrotó sin perder nunca la lucidez.
La claridad de Ada, Zelinda y todos los centenarios resilientes del mundo son un ejemplo. Y una esperanza. Allí esperanza esa claridad también nos acompaña a todos en una recuperación que nos parece difícil, claro, pero queejemplo de nuestros abuelos nos muestra más que nunca posible. En resumen, si lo lograron, no tenemos excusa para llorarnos.