Sanremo no es solo el festival de la canción italiana. Sanremo es un espectáculo, un espectáculo que refleja nuestra sociedad, reflejando sus vicios y virtudes, modas y cambios, fortalezas y debilidades. En su escenario se mezclan diferentes géneros y estilos musicales, se envían mensajes de gran impacto emocional, se lanzan tendencias y provocaciones y, sobre todo, nunca faltan giros y transgresiones. Por estas y otras innumerables razones, el Festival de San Remo se ha convertido cada vez más, a lo largo de los años, en un evento imperdible, que invita a la reflexión y, durante cinco días ininterrumpidos, hace que la gente hable, para bien o para mal. Porque Sanremo es Sanremo. Porque Sanremo se ama o se odia.
Un espectáculo acorde con los tiempos
Sanremo 2023 está respondiendo plenamente a las expectativas del público. Los números lo dicen, los más altos de la historia, digan lo que digan. Si antes el Festival de la Canción Italiana centraba la atención exclusivamente en las letras de las canciones y en el estilo sencillo pero impecable de los cantantes, hoy se presenta como un espectáculo variado, creativo y acorde con los tiempos. Aunque las canciones del pasado quedan en la historia como las más bellas y más cantadas de la historia, mientras que muchas de las actuales se olvidan en poco tiempo, Sanremo sigue siendo un espectáculo para toda la familia y es muy popular entre los jóvenes.
Son estos últimos, en particular, quienes a través de las redes sociales expresan preferencias, sensaciones, juicios, en tiempo real, mientras se divierten. Y los jóvenes también son los verdaderos protagonistas en el escenario de Sanremo, con su energía y looks de moda, y, justo en el escenario de Ariston, a menudo actúan como portavoces de mensajes a favor de la diversidad y la inclusión. Incluso las copresentadoras que apoyan a la/s presentadora/s de turno, todas mujeres de éxito, además de aportar belleza, personalidad y elegancia al escenario, lanzan su credo poniendo su rostro en él.
Lo bueno y lo malo de Sanremo
El escenario de Sanremo, en los últimos años, también ha sido escenario de "espectáculos" no precisamente edificantes, que han hecho que muchos se burlen, no sólo los moralistas de turno. Episodios de este tipo -también lo vimos en las dos primeras tardes- tampoco faltaron en esta 73 edición. Sin embargo, nos guste o no, esto también es un signo de tiempos de cambio. Al mismo tiempo, sin embargo, Sanremo no deja de regalar a su público momentos de gran emoción e implicación (fue el triunfo del trío formado por Morandi, Al Bano y Ranieri), momentos solemnes (como el himno nacional cantado frente a de la República Sergio Mattarella), momentos culturales (pensemos en el discurso de Roberto Benigni), momentos tiernos e improvisados (la entrega de flores de Lazza a su madre al final de la función de anoche).
Sanremo nos pertenece
Tenemos que superarlo, Sanremo es una muestra representativa de nuestra sociedad, por lo tanto nos pertenece porque también habla de nosotros. Pero sobre todo, Sanremo sigue dándonos mucha buena música, curiosidades, sorpresas. Quizás muchas canciones, con el tiempo, las olvidemos, pero siempre habrá una canción que seguiremos cantando a lo largo de los años. Al fin y al cabo, cada edición es única y, sobre todo, además de regalarnos muchas emociones diferentes, nos permite distraernos durante cinco noches, haciéndonos olvidar por un rato los grandes problemas del mundo.
(Foto: Festival de Sanremo, página de Facebook)
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