Con un gracioso sombrero, de color azul, son ... ¡los Pitufos! Aquellos tan amados. ¿Los recuerdas? La inquietud matutina antes de la escuela y la espera frente al televisor para emprender aventuras mágicas con ellos y el malvado Gargamel, con su fiel Birba. Los pitufos ahora son parte de nuestra memoria del cuore, y es posible revivir este encanto visitando el mítico Pueblo de los Pitufosen Liguria! ¿No lo conoces? ¡Descubrámoslo juntos!
Los Pitufos: una historia por decir lo menos ...pitufo!
Quizás no todo el mundo sabe eso ... el nombre Pitufos deriva de Pitufos, cuyo origen está ligado a una historia realmente divertida. Esta extraña historia tiene lugar en 1958, cuando Peyo, un artista belga, asiste a una cena con otros invitados. De repente le pide a un vecino que le pase el salero, pero en ese momento lamentablemente se le escapa el nombre del objeto. Peyo luego comienza diciendo: "Passe-moi le ... schtroumpf", es decir, literalmente "Pásame el ... pitufo".
El otro comensal estalla en una carcajada atronadora y responde con simpatía: "¡Aquí, aquí está tu pitufo, y cuando termines de pitufarlo, me lo reputarás!" Es fácil entender que pronto esas curiosas palabras, dichas en un día cualquiera, habrían marcado el comienzo de una era. Quel Schtroumpf no hizo nada más que resonar en la cabeza de Peyo, tanto que decidió usarlo en una de sus afortunadas series un historietas, Johan y Pirlouit.
Johan y Pirlouit, cuando todo empezó
La historia tiene lugar en una época muy similar a Edad Media, y las aventuras de las que se ocupa tienen como protagonista a un tal Johan. El niño es un escudero al servicio del rey, mientras que Pirlouit es el bufón de la corte. Se convierte en dueño de una flauta de seis agujeros que sirve para evocar la llamada Pitufo. Estas pequeñas criaturas aparecen esporádicamente en el cómic, pero luego se vuelven tan populares que merecen una serie propia.
Si lo recuerdas bien, sus inconfundibles iniciales se leen así: ...Son case smurfe molto / Las setas de allá / En el bosque las verás […]. Pues no es casualidad que la talentosa Cristina D'Avena recitara allí esas palabras. De hecho, la fantástica Aldea de los Pitufos, con sus lindas casitas, no es solo una fantasía: ¡existe de verdad! Se encuentra en Bardineto, en la maravillosa Liguria.. Este característico pueblo cerca de Savona alberga extrañas villas en forma de hongo, que recuerdan mucho a las de los simpáticos hombrecitos azules.
La aldea de los pitufos
Entre los años sesenta y setenta, Mario De Bernardi aprovechó el magnífico entorno arbolado de Bardineto para construir pequeñas casas, que sin duda se referían a las de los Pitufos. Sin embargo, su estética no solo está ligada a los tiernos habitantes pitufos, sino también a la vegetación típica de estas zonas, ya que la fungo representa una especialidad de Bardineto. Con muchos sueños en el cajón y una pasión por las setas, el Sr. De Bernardi decidió ubicar sus peculiares moradas en un frondoso bosque de castaños y abedules, que nos recuerda en todos los aspectos al verdadero Pueblo de los Pitufos. Al entrar en el denso bosque, casi parece escuchar los gritos del malvado Gargamel persiguiendo a los pobres Pitufos, ¡en un intento de darles un solo mordisco!
La Aldea de los Pitufos: un lugar encantado, para el deleite de todos
Las fantasmagóricas casitas de la Aldea de los Pitufos nos transportan al pasado, a cuando de niños perseguíamos nuestras fantasías y jugábamos con la alegría y la autenticidad que quizás olvidamos con demasiada frecuencia. Los pitufos y su aldea también son amados por los turistas extranjeros, y la concurrencia al bosque de Bardineto es siempre mayor. Básicamente estas casas son viviendas particulares, aunque hace mucho tiempo que nadie vive allí.
Inicialmente fueron concebidos para estancias vacacionales, tanto que en su interior se podían encontrar hornos, barbacoas, almacenes donde guardar herramientas, etc. Hoy en día es posible admirar estas maravillas arquitectónicas solo desde el exterior, lamentablemente, ya que el lugar está completamente abandonado y no se permite el acceso al interior.. En cualquier caso, visitar La Aldea de los Pitufos es sin duda una experiencia mágica, donde los recuerdos del pasado resurgen en la mente de los mayores y fascinan a los más pequeños. ¡No pierdas esta maravillosa oportunidad de presentarles a tus hijos el extraordinario mundo de los Pitufos y su característico pueblo!