La primera mujer en graduarse en el mundo fue veneciana
1678 en Padua: el año del primer graduado del mundo. Uno de los hitos más importantes para la mujer.
El primer paso lo dio Elena Lucrezia Cornaro. Una fuerte señal. Una voz femenina imponente en la sociedad del siglo XVII. Es un privilegio para Italia recordar un icono así. Ella que creyó modestamente en sus posibilidades y se hizo un hueco en un mundo de hombres. A pesar de la oposición del cardenal Gregorio Barborigo, logró matricularse en la universidad, en la facultad de teología. De acuerdo con sus elecciones de vida que la vieron ya muy joven en un convento. Elena Lucrezia hizo votos cuando solo tenía diecinueve años como oblata benedictina. Decidiendo así profundizar en su vida compaginando estudios de teología y filosofía. Con gran humildad Elena Lucrezia Cornaro decidió emprender sus estudios. Esto convirtió a Elena Lucrezia en un modelo, para ser considerada hoy un ejemplo por sus valores y su tenacidad.
Familia de Elena Lucrezia
En apoyo del sueño de la hija está su padre. Un hombre sui generis. También se vio el apoyo que él mismo brindó a su hija para verla cumplida en su sueño. Obtener un título e independencia cultural.
Elena Lucrezia nació de una buena familia aunque bajo la mirada crítica de los habitantes. Críticos porque su padre opta por casarse con una mujer de rango inferior al suyo. Para crear el primer "escándalo" familiar. Esto ya no puede ser un buen testimonio del crecimiento cultural de Elena Lucrezia. Además, seguía siendo absurdo pensar que una mujer de iglesia pudiera realizar un curso de formación con los mejores maestros del momento.
Cultura en manos de una mujer
Sus estudios se llevaron a cabo entre la Accademia dei Ricoverati de Padua, la Infecondi de Roma, la Intronati de Siena, la Erranti de Brescia, la Academia de los Donodei y la Pacifici de Venecia.
Así se convirtió en la única mujer erudita en Italia, con dominio y conocimiento profundo del griego y el latín con una autonomía intelectual y cultural. La posibilidad de poder proporcionar un curso de estudio fue una hazaña que nunca se pensó en Italia a fines del siglo XVII.
Tras trasladarse a diferentes lugares de Italia para poder saciar su sed de educación, su fama se vuelve mundial convirtiéndose en un personaje capaz de despertar la curiosidad incluso en las esferas nobles extranjeras.
Los lugares que recuerdan a Elena Lucrezia Cornaro Piscopia
La ciudad de Padua honra a la joven veneciana hoy recordándola con una estatua dentro de la universidad.
Pero el nombre de Elena Lucrezia Cornaro Piscopia realmente dio la vuelta al mundo convirtiéndose en una figura a tomar como ejemplo. La mujer que con humildad y cultura se instaló en una sociedad machista superando las dificultades con ligereza y terquedad. Por esta razón también una biblioteca de Vassar College en Nueva York tiene una vidriera que la ve ilustrada, y una biblioteca municipal en Chipre lleva el nombre de Elena Lucrezia Cornaro Piscopia.
Pero la joven veneciana no solo ha traspasado las fronteras de Italia: en el planeta Venus, el cráter de Piscopia toma su nombre de la primera mujer en graduarse en el mundo. Venus, el símbolo de la mujer por excelencia que tiene en sí mismo un cráter de la primera mujer revolucionaria del mundo, obviamente made in Italy.
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