Ella se quedó atrapada en el aeropuerto, él, un taxista, la lleva a casa gratis.
No parece una noticia que cause tanta fanfarria, tanto que incluso rebota en el extranjero y perturba CNN. Pero si el aeropuerto está en Madrid y la casa está en Vicenza, quizás las perspectivas cambien. Más aún si tal bondad se logra en un tiempo extraño como éste, de desconfianza, distanciamiento y cierre.
Por eso la historia de Giada y Kepa abre el corazón.
Giada Collalto es una joven de veintidós años, originaria de Montebello, Vicenza. Cumplió su sueño de estudiar en el extranjero gracias al programa Erasmus. Y fue de hecho en España, precisamente en Bilbao, cuando la emergencia del Coronavirus empezó de forma inesperada y cambió su vida y la nuestra.
Giada Collalto es una joven de veintidós años, de Montebello, Vicenza. Cumplió su sueño de estudiar en el extranjero gracias al programa Erasmus. Y estaba en España, precisamente en Bilbao, cuando empezó la emergencia del Coronavirus que inesperadamente la cambió a ella y a nuestras vidas.
Como todos los países europeos, España también ha decidido limitar los viajes dentro del país y al extranjero. Y así es como Giada se encuentra literalmente atascada en una ciudad extranjera de la que está aprendiendo y a 3700 kilómetros de su casa. Lo que le falta es a su familia con la que le gustaría compartir este período difícil, obligada en cambio a permanecer cerrada y sola en un apartamento que no es el suyo. Debido al encierro, no puede ir a la universidad ni pasar el rato con sus nuevos amigos.
Pero Giada siempre ha sido una persona decidida e incluso en esta situación no se desanima. Se va a Madrid e intenta embarcar para llegar a Italia. Pero el vuelo comprado en línea se cancela, como muchos en este período oscuro. El próximo disponible está previsto para junio.
Lugar de vueltas y salidas, abrazos y emoción, el aeropuerto de Madrid nunca ha sido tan triste para Giada. Pero no te desanimes y contacta con un querido amigo que te pasa el número de un taxista de confianza que te podrá ayudar al menos a volver a tu apartamento: Kepa Amantagi, originario del País Vasco. Kepa es simpática y la lleva del aeropuerto de Madrid a Bilbao. Una vez que llegan frente al apartamento en el que ha vivido hasta ese momento, Giada se da cuenta de que ha perdido sus llaves y no puede regresar.
El aeropuerto de Madrid es un lugar de devoluciones y salidas, abrazos y emoción, pero nunca había sido tan triste para Giada. A pesar de todo, no se desanima y llama a una querida amiga que le pasa el número de un taxista que puede ayudarla a regresar a su apartamento, al menos. Su nombre es Kepa Amantagi, del País Vasco. Kepa es amable y la lleva del aeropuerto de Madrid a Bilbao. Una vez que llega al apartamento en el que ha estado viviendo hasta ese momento, Giada se da cuenta de que ha perdido sus llaves y no puede entrar.
Kepa Amantagi no la deja sola, se ofrece a alojarla en casa por la noche. Se hacen amigas y Giada confiesa que está desconsolada ante la idea de tener que mantenerse alejada de la familia, en un momento tan incierto, especialmente para nuestros padres. Por la mañana, Kepa ya ha tomado su decisión: la aceptará. Sí, directamente en Montebello. Llame a la policía vasca y a la embajada para averiguar si el viaje es realmente posible. Salir de los límites. Recibe una respuesta afirmativa que llenará de entusiasmo a Giada.
Después de doce horas de viaje en automóvil, sin que nadie los detuviera durante el viaje de 3700 kilómetros, los dos llegan a Montebello alrededor de las nueve de la noche. Giada confirma: Kepa no quería ni un euro para la caminata. Como buenos amigos, partieron la carretera y la gasolina, nada más. "No te pido nada en un momento de gran dificultad para ti": Le dijo Kepa, rechazando todas las ofertas. Una respuesta simple pero que está coloreada por una humanidad rara en estos días.
Luego de doce horas de viaje, sin que nadie los detenga durante los 3700 kilómetros de recorrido, llegan a Montebello alrededor de las 9:XNUMX horas. Giada confirma: Kepa no quería ni un euro. Como buenos amigos, dividieron el costo del combustible y las carreteras, nada más. "No te pido nada en un momento de gran dificultad para ti": Kepa le dijo rechazando grandiosamente su oferta. Una respuesta sencilla que está teñida de una notable bondad.
Y eso es. Incluso CNN tuvo el placer de contar esta historia. Y nosotros también. Porque necesitamos historias como esta. Creer en la generosidad de los demás parece ahora un lujo. Kepa, un joven taxista, es el testimonio vivo de que todavía hay gestos, pero sobre todo personas capaces de abrirnos el corazón. Y quién puede llevarnos lejos, donde realmente queremos estar.