La pasión por el sol naciente está contagiando a los italianos. ¿Por qué razón?
En los últimos tiempos, parece haber estallado una manía japonesa y los italianos se están volviendo adictos a ella. ¿Por qué todo el mundo sueña con Japón? Limpieza, honestidad, cortesía, respeto por los demás y un poco de locura.
Amo Tokio: testimonio de un italiano que ha visitado Japón 43 veces
La piña, presentadora y voz histórica de Radio Deejay, ha estado en Japón 43 veces. El escribio "Amo Tokio", una guía práctica, divertida y muy útil para todos los italianos que quieran hacer un viaje a Tokio. Desde hace poco parece haber estallado una manía japonesa.
Il Japón es un destino seguro en comparación con otros lugares del mundo. Hay terremotos pero cuando ni siquiera se cae una lata de los estantes.
El presentador estuvo en Japón por primera vez en la década de 80. Su padre trabajaba allí y ella iba un par de veces al año. Entre las cosas que sorprenden en Japón, como cuenta La Pina en el libro, está la limpieza. En Japón existe el culto a la limpieza, el cuidado y el respeto por los asuntos públicos. Por eso, a los 8 años los niños limpian las aulas y los baños. Y sirven en la mesa durante el almuerzo. No solo. Tokio es una ciudad segura y desde pequeño aprendes a ir a la escuela por tu cuenta.
¿Por qué los italianos también sueñan con Japón?
Últimamente entre los destinos turísticos de los italianos se encuentra Japón. Pero, ¿por qué? ¿Qué atrae a nuestros conciudadanos?
- Il Japón es sobre todo un lugar adecuado para los niños. No hay crimen. El aire esta limpio. Y si camina por la calzada, los autos se detienen detrás de usted a un paso pero no hay bocinazos. No hay cestas en la calle: guardas el papel en tu bolso y lo tiras en casa a la papelera. Pero la verdadera belleza de Japón es intangible. Es un lugar donde todo es temporal y después de un cierto número de años es obligatorio derribar los edificios y reconstruirlos con la nueva normativa antisísmica. Los terremotos, un desastre, se convierten en una oportunidad de renovación. Los japoneses tienen una idea elástica de la vida, al igual que los edificios que reconstruyen.
- En Japón, la gente no fuma al aire libre. Solo es posible en las áreas designadas. ¿La razón? Las aceras están tan llenas de gente que con un cigarrillo encendido se corre el riesgo de quemar a alguien.
- En la media máscara y la siesta. Cuando tienes frío, te pones máscaras para no contagiar a los demás y no te suenas la nariz en público. En el transporte público, los japoneses suelen dormir. Trabajan duro y aprovechan para descansar. Tampoco hablan nunca por sus teléfonos móviles. Se considera inconveniente.
- ¡Sin estacionamiento, sin autos! Para comprar un auto es necesario contar con la certificación de un lugar donde se pueda estacionar. El certificado no es necesario si el coche mide menos de 3.4 metros. Olvídate de la bocina: no suena, es una grosería. Una curiosidad: las puertas del taxi se abren y se cierran solas.
- Dar propina es una ofensa. No hay servilletas en los restaurantes. Es útil conservar la toalla pequeña que se entrega al comienzo de la comida. Después de la factura, no hay propinas: se ofenden.
- De la mano. Los japoneses son un pueblo reservado: no intercambian afecto en público. A lo sumo en la calle se puede ver a los jóvenes caminando de la mano.
- Sorpréndase con las tarjetas de presentación. Cuando se presenta, no se da la mano, sino que hace una pequeña reverencia. Los japoneses están locos por las tarjetas de visita. Cuando son recibidos tienen que mirar y girar en sus manos, emitiendo ruidos de admiración como "¡Ooooh!". Sin embargo, el tono de la voz siempre es bajo. En Japón nunca gritas. Si se le entrega algo a alguien, siempre se hace con las dos manos. Es un gesto respetuoso y amable.