La película de televisión "La clase de los burros" que se transmitirá en Raiuno el lunes 14/11 está inspirada libremente en la historia de Mirella Casale, profesora nacida en Turín en 1925. A lo largo de su vida Mirella se ha dedicado a la inserción de discapacitado en la escuela, luchando por el cierre de clases "especiales".
La necesidad de lidiar con discapacidad proviene de una experiencia familiar. En 1957, su primera hija, Flavia, a los seis meses fue atacada por una forma violenta de gripe asiática que le causó graves daños cerebrales. Roberto, el segundo hijo de la pareja, nació en 1961.
La dura lucha de Mirella: de directora a presidenta de Anffas
Convertida en directora en el 68, Mirella experimenta con la inclusión de niños con discapacidad en las clases normales, chocando con los prejuicios de aquellos años. Mientras tanto, se convierte en presidente deAnfas (Asociación Nacional de Familias de Personas con Discapacidades Intelectuales o Relacionales) de Turín.
Mirella inició una ardua lucha por el reconocimiento del derecho de los niños discapacitados a asistir a la escuela obligatoria con otros niños. Cree en la evaluación, cree en la escuela tradicional capaz de educar.
La clase de los burros : una película de fuerte impacto emocional
Una película que hace hincapié en la buena Italia, esa Italia que se esfuerza por cambiar las cosas y lo hace con todos los medios a su alcance. La Italia de los años del plomo que, a pesar de las mil dificultades, es capaz de actos de pura civilización de los que enorgullecerse: la ley "Falcucci" y la ley "Basaglia" son hijas de aquellos años y modelo para medidas similares en otros países de Europa y del mundo.
Una época en la que incluso en la escuela la imaginación se mezclaba con la tradición, generando nuevas formas de enseñar y aprender, como la de Mirella Casale y como el de felice giuliano, el personaje "ficticio" interpretado por Flavio Insina, un profesor atípico lleno de amor por su profesión, tanto que quiso llevar la cultura donde nunca había llegado, incluso y sobre todo entre los "inadaptados", aquellos a los que la escuela había rechazado o no quería.
Hay que asumir el papel de Mirella Casale Vanessa Incontrada, que tuvo la suerte de conocer personalmente al director, que ahora tiene noventa años. Una mujer de lucidez, clase y fuerza extraordinaria.
Por otro lado, los resultados como los que ella ha obtenido solo se pueden lograr si eres una mujer fuera de lo común.
La clase de los burros Es por tanto una historia de buenos sentimientos que es un "servicio público" consciente de las realidades y pequeñas historias que han hecho grande a nuestro país. Una historia conmovedora pero también vital que coloca el punto de vista de los niños excluidos de la escuela por considerarlos diferentes en el centro de la narrativa.
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