La nueva Italia, la que nació tras la emergencia del coronavirus aún está por descubrir. Incluso si la terrible pandemia aún continúa, está claro que las repercusiones en la sociedad serán fuertes. Los cambios en nuestros estilos de vida son parte de una revolución necesaria.
La nueva Italia comienza de nuevo desde la creatividad
Parece claro que esta crisis no está pasando. De manera similar, Covid-19 trae consigo consecuencias a largo plazo que aún son difíciles de predecir. Asimismo, los modelos que tenemos disponibles para predecir efectos a largo plazo son inadecuados. Pero los italianos somos un pueblo que enfrenta los cambios más profundos. Incluso si estas dramáticas contingencias obligan a las personas a cambiar radicalmente su forma de vida, podemos beneficiarnos de la grave situación para buscar soluciones revolucionarias en beneficio de todos. En primer lugar, pensemos en cómo Italia es un país pequeño, pero tenemos la mitad del patrimonio artístico mundial. Nuestro país es famoso por sus bellezas naturales, por la moda, por la comida y el vino. Pero también somos gente de música, literatura, artesanía, industrias y muchas otras cosas. Todo esto puede ser la base para construir un nuevo futuro. Un futuro siempre tricolor en nombre de Hecho en Italia
La nueva Italia concebida hoy
El impacto de esta pandemia en nuestras vidas futuras es algo que depende de cómo salgamos de la crisis. Según la experiencia que tenemos de otras grandes crisis como la guerra, el miedo es siempre el protagonista. De hecho, el miedo a volver a la vida como antes o el deseo de normalidad es humano. De hecho, no sabemos si nuestra inspiración tendrá éxito. De hecho, a diferencia de lo que sucede después del final de una guerra, una pandemia puede tener una "cola". Por tanto, el riesgo es que la vuelta a la normalidad sea menos rápida. Pero parece que los italianos tienen todos los ingredientes para hacerlo.
Cuando la pandemia debida a la coronavirus habrá cesado, Italia tiene el deber de intervenir sobre los factores que pueden reducir los riesgos futuros. De hecho, en unas semanas un nuevo escenario nos pondrá frente a un nuevo desafío. Se habla de conciliar la salud pública con la necesidad de reiniciar el sistema económico-productivo y las distintas actividades. También sabemos que tenemos que empezar de nuevo con nuevas reglas de conducta y gestión del trabajo. Sobre todo, hay que reorganizar los espacios colectivos.
¿Cómo cambiaremos después de la pandemia?
Italia debe pensar en cómo empezar de nuevo. Por lo que sabemos hoy, quizás, los primeros pasos podrían comenzar el 6 de abril con la probable reapertura de las empresas. De igual forma para nuestro país, la reapertura a los ciudadanos puede ser el 14 de abril, después de Semana Santa. Tiendas, bares y restaurantes esperan hasta el 21 de abril, pero con la obligación ausente. Se habla del 2 de mayo como una fecha útil para eliminar las restricciones de viaje para todos y reabrir las escuelas. De hecho, no son fechas rígidas, sino previsiones. De hecho mucho dependerá del progreso de la epidemia en el día a día. Los expertos pueden leer y discutir los datos en función de la desviación del pronóstico. Para construir la nueva Italia, todos estamos aprendiendo a tener paciencia. Sobre todo, aprendemos a reconocer la necesidad de cambiar de estrategia. Los italianos se vuelven mentalmente resistentes. Quizás este sea un ejemplo de lo que significa hacer de la necesidad una virtud. Mientras tanto, aprendemos que esperar es parte del cambio.
# Italiano en el corazón