Pandoro di Verona es uno de los postres navideños más queridos en Italia, famoso por su forma única y su masa suave. Su historia oficial comienza el octubre 14 1894, una fecha importante para la tradición pastelera italiana, cuando Domenico Melegatti obtuvo la patente de Pandoro. Sin embargo, las raíces de este postre son mucho más antiguas y su evolución está ligada no sólo a la tradición gastronómica veronesa, sino también al arte. La forma de estrella de Pandoro, de hecho, debe mucho a la obra de un pintor impresionista de Verona, Angelo Dall'Oca Bianca, que contribuyó a dar al postre su forma característica.
Los orígenes de Pandoro: la historia
Pandoro nació oficialmente en 1894, pero su historia se remonta siglos antes. El postre parece derivar de las tradiciones locales, en particular del "Nadalin", un postre típico de la ciudad de Verona, similar pero menos conocido fuera de la región. Nadalin, caracterizado por una masa suave y leudada, es considerado uno de los antepasados de Pandoro. Pero los orígenes del famoso postre también están ligados al "pan de oro" de Venecia, otro postre que comparte con el Pandoro la riqueza de los ingredientes y la suave consistencia. Algunos historiadores sostienen que el Pandoro puede tener raíces más lejanas, incluso en el "pan de Viena", pero sea cual sea su origen, un rasgo común de estos postres es la extraordinaria suavidad de la masa, que se ha convertido en uno de los signos distintivos del Pandoro Veronese.
La patente de Melegatti y la forma de estrella
Después de la patente, la empresa Melegatti garantizó derechos exclusivos sobre la producción y venta de Pandoro, permitiendo que el postre se consolide como un símbolo de la tradición navideña italiana. Melegatti no sólo creó una nueva receta para un postre suave y sabroso, sino que también añadió un toque artístico fundamental: la forma de estrella de ocho puntas de Pandoro, que hoy es una de sus características más reconocibles. Este diseño fue concebido y diseñado por Angelo Dall'Oca Bianca, pintor impresionista de Verona, cuya intervención artística transformó a Pandoro en un postre que no sólo satisface el paladar, sino que también fascina por su estética. De hecho, la forma de estrella de Pandoro recuerda la idea de un copo de nieve, evocando la magia de la Navidad, y representa una de las raras ocasiones en las que un postre tradicional también ha sido concebido como una verdadera obra de arte.
A pesar de la competencia, Pandoro Melegatti siempre ha sido el símbolo de la excelencia artesanal, indisolublemente ligado a la ciudad de Verona. Aún hoy, la empresa Melegatti continúa produciendo el postre, manteniendo viva la tradición y autenticidad del postre que ha marcado la historia de la pastelería italiana.
Hoy Pandoro es un postre que, partiendo de Verona, se ha ganado el corazón de todos los italianos y más allá, convirtiéndose en un protagonista inconfundible de la Navidad.
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