La fiesta posterior al ascenso duró toda la noche. La procesión en un punto pasó por debajo de la casa de Javier Ernesto Chevantón, el histórico delantero giallorossi que se ha quedado en el corazón de la afición del Salento y ha decidido vivir en Lecce.
El coro “din don” que le dedica es inevitable. Respondió Cheva, encendiendo una bomba de humo roja en el balcón de la casa. Momento inolvidable.
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