Ha sido un invierno largo y gris que pasamos encerrados en nuestro homes. La pandemia del Covid-19 nos ha enfrentado a nuevos e impensables problemas: una casa demasiado estrecha donde es difícil combinar vida y trabajo inteligente. Pero también la falta de espacios verdes: terrazas, balcones, comunes jardines. La explosión de los negocios, de la agitada vida de la ciudad, había dictado nuevas reglas. Casas siempre más pequeñas y funcionales, pero concebidas como un mero dormitorio o con una amplia sala de estar para recibir amigos los fines de semana. Solíamos vivir esencialmente fuera de casa.
La pandemia ha anulado estas reglas de vida. Este largo letargo nos ha arrojado a la cara una amarga realidad: casas demasiado pequeñas, al borde de la habitabilidad y, a menudo, sin siquiera balcón. Todos esperamos que ya no tengamos que repetir la experiencia de la cuarentena, pero sabemos que el riesgo ahora está al acecho. Es mejor que ya no nos encuentren desprevenidos. Y en cualquier caso, la idea de repensar nuestros hogares para hacerlos más habitables ahora es necesario.
Hogares, entre estufas y trabajo inteligente
Desde el punto de vista laboral, una cosa es segura: aquellos que aún tenían dudas sobre el trabajo inteligente tuvo que cambiar de opinión. Funciona, está bien. Pensamos en las grandes ventajas que permite trabajar desde casa en cuanto a repercusiones económicas para las empresas o los beneficios de gestionar la vida de forma más cómoda. Lo importante es tener claro los goles a marcar y no fallarlos.
El Observatorio del Politécnico de Milán nos dice que en el primer período de cuarentena tuvimos 8 millones de trabajadores a domicilio. Por supuesto, existe otra dificultad con el peso psicológico. La dificultad para conciliar trabajo y vida. En esta cuarentena nos hemos visto obligados a trabajar desde casa. El significado es diferente. Mientras que el trabajo inteligente le permite trabajar rápidamente desde el lugar que más le convenga y sea cómodo para usted. Incluso al aire libre, en un banco del parque, ¿por qué no? El trabajo a domicilio nos ha obligado a transformar nuestros hogares en lugares de trabajo. Los que no tenían estudio propio debían acotar un área de la casa y dedicarla a una oficina improvisada. Sin embargo, descubrimos que nos gusta este trabajo inteligente y nos garantiza más tiempo para la vida privada. Entonces también tendremos que repensar nuestro hogar de una manera inteligente.
Cómo convertir nuestras casas en una oficina
Amueblando una habitación a las nuevas necesidades de trabajo será suficiente. Un escritorio, posiblemente en línea con todo el mobiliario, una buena conexión a Internet. Dispositivos digitales de última generación. Silla cómoda, buena iluminación de la habitación. Y no olvidemos elegir un bonito fondo para videollamadas.
Seleccionamos cuidadosamente los colores, deben infundir serenidad, algunas plantas para un toque de verde y un cuadro hermoso porque el arte da belleza y es fuente de inspiración. Intentamos hacer este espacio lejos del ruido del resto de la casa. Y eso es. Todo esto, sin embargo, no debe convertirnos en Lobos solitarios. El componente humano es un factor esencial de la vida de la oficina por lo que siempre marcar una visita a nuestros compañeros en la agenda para un fructífero intercambio de ideas. Un saludo al jefe y un aperitivo de lo más divertido.
No olvidemos el verde
Aquellos que, en estos meses de cuarentena, no podría beneficiarse de una terraza, un jardín o incluso un pequeño balcón (un tercio de las casas italianas), ha sufrido mucho. Sobre todo si tenemos en cuenta que en promedio las casas en Italia son 68 metros cuadrados en la ciudad y 92 metros cuadrados en el resto del país.
Los especialistas nos dicen que la falta de luz y espacio tiene importantes implicaciones para el estado de ánimo. Estrés y ansiedad han crecido inversamente proporcionales al espacio. Se necesita con urgencia repensar nuestros espacios de vida. Según el mercado inmobiliario, en un futuro próximo tendremos un fuerte aumento de viviendas con terraza o jardín. Se prestará más atención a la exposición del hogar y al brillo. Áreas residenciales Se preferirá con servicios cercanos. Condominios con espacios verdes comunes para socializar, compartir momentos para relajarse o simplemente charlando en un banco mirando las estrellas. Ha comenzado el desafío entre urbanistas, arquitectos y diseñadores. En el futuro, es posible que tengamos ciudades más verdes y casas aireadas. Los expertos ya hablan de un punto de inflexión. La consigna será recrear un nuevo equilibrio entre el hombre y el medio ambiente. Esperamos que dure mucho.
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