Son muchas las fobias del ser humano: altura, arañas, sangre, brócoli. Pero hay uno que prácticamente todos tenemos en común: la del dentista. Porque la idea de estar sentado en esa silla con un taladro clavado en la boca y un ser humano enmascarado manipulándolo, nos aterroriza mucho. Por tanto, necesitamos distraernos, pensar en otras cosas durante las largas e intensas sesiones dentales. Aquí, entonces, la tecnología viene al rescate con la idea de dos hermanos sardos: realidad aumentada con gafas de alta tecnología.
No lo pienses, disfruta de tus gafas de alta tecnología
Los problemas que surgen durante una intervención pueden ser diferentes. El más común es seguramente el del aburrimiento que fácilmente puede convertirse en miedo, haciendo la vida un infierno para el dentista de turno. De hecho, algunas operaciones requieren tiempos no cortos y la imposibilidad de hablar, tanto la nuestra como la del médico, hacen que el silencio caiga en la habitación. Un silencio roto solo por el desagradable ruido del taladro, pero sobre todo de nuestros pensamientos. Algunos dentistas luchan con todo esto con música o con imágenes proyectadas en el techo. Sin embargo, la mayoría de las veces, no logran tranquilizarnos por completo. De ahí una idea totalmente italiana: la de las gafas de alta tecnología. Pero, como trabajan? Son unas gafas con sistema de realidad aumentada, como las famosas Google Glass o los visores 3D tan populares hoy en día.
Con estos encendidos nos encontraremos inmersos en un mundo alejado de esa silla. Podremos ver vídeos, leer un libro o navegar por internet cómodamente gracias a un pequeño mando a distancia sensible al tacto. También podremos comunicarnos con el dentista gracias a una serie de voces grabadas. Todo esto hará que la intervención sea más liviana y el tiempo fluirá más rápido.
Un proyecto totalmente italiano
Pero, ¿quién está detrás de estas gafas de alta tecnología? Los autores de esta invención son dos hermanos sardos: Christian y Jonathan Mulas, de 23 y 25 años. Anuncio adulto Arzachena, la ciudad con el museo más pequeño del mundoLuego se trasladaron a España para estudiar Odontología. Aquí, entre exámenes y pasantías, los dos se preguntaron si era posible hacer más agradable una intervención. Después de haber elaborado el proyecto con relativa puesta en marcha (el Icnodent), han participado en un concurso español reservado a los jóvenes emprendedores. La idea captó el interés deUniversidad Alfonso X de Madrid que, en colaboración con el Epson, hizo los primeros vasos. Un éxito inmediato que supuso de inmediato la comercialización en la Península Ibérica. Y a partir de este mes de septiembre empezaron a invadir también el mercado italiano. Quién sabe si serán suficientes para hacernos superar la fobia al dentista.