Palio de Norman es un nombre que parece pertenecer a un pasado lejano. Pero, ¿será realmente así? Hay un lugar en Sicilia donde durante tres días retrocedes en el tiempo, entre damas y caballeros, concursos ecuestres y disfraces de época. Para darse un chapuzón en el pasado hay que dirigirse a la Piazza Armerina, en la provincia de Enna, donde podrá revivir el magia medieval en este festival por descubrir. Aquí está la historia de una tradición que ha durado siglos y nunca ha perdido su encanto del viejo mundo.
Palio of Norman: ayer y hoy
La plaza Armerina se viste de temática medieval en los días comprendidos entre el 12 y el 14 de agosto. Cada año hay una gran expectativa por lo tradicional. Palio de Norman, que representa una de las fiestas más antiguas del interior de Sicilia. Sus orígenes tienen una conexión con la historia y la religión, que se entrelazan para crear una de las costumbres más evocadoras de Italia. A lo largo de los años se ha ido enriqueciendo con esas características típicas que lo hacen tan especial hoy. Su primer nombre fue "La Cabalgata". Luego, a partir de 1952 se convirtió en el Palio de los Normandos y así es como todo el mundo lo conoce ahora en Sicilia.
Para descubrir los orígenes de la fiesta medieval debemos volver al pasado en la época en que los sarracenos ocuparon Sicilia. Pero después de 150 años de predominio, en 1061, a manos de los normandos, la isla fue finalmente liberada. Y fue Ruggero d'Altavilla quien trajo a la Plaza Armerina un estandarte con la efigie de la Madonna delle Vittorie, la santísima protectora de la ciudad. Y es a ella a la que se dedican las fiestas medievales, que dejan el lugar el día 15 de agosto a las solemnidades religiosas con mucha procesión y fuegos artificiales.
Una fiesta típicamente medieval
Durante el Palio de Norman, la plaza Armerina ve desfilar por sus calles disfrazados, que por unos días animan a los turistas que acudieron al evento medieval con paseos y espectáculos. El primer día comienza con el ritual tradicional de entrega de armas a los caballeros, seguido de la bendición. El segundo día se honra la figura del libertador de Sicilia: una procesión recuerda la entrada de los normandos con Ruggero d'Altavilla a la cabeza, a quien se entregan simbólicamente las llaves de la ciudad. Luego, el último día, en cambio, se lleva a cabo el “Quintana del Saraceno”, un torneo a caballo, donde los 4 distritos históricos se desafían entre sí en pruebas de habilidad.
Rodeando las atracciones y los desfiles está el fiesta loca, con artistas callejeros entreteniendo al público, malabaristas que entretienen a los niños y hasta el adivino dispuesto a desvelar los secretos de tu futuro. Y la música es obviamente celta y medieval. Además, abundan los fuegos artificiales que tiñen el cielo de la Plaza Armerina en estos días de pura magia. Incluso los platos típicos que se ofrecen recuerdan a la cocina del Edad Media, porque el Norman Palio es una fiesta capaz de detener el tiempo y traerlo a siglos lejanos, donde se puede revivir la atmósfera del pasado sin pensar en el presente.