¿Alguna vez has escalado una montaña y has visto todo ese inmenso espacio debajo de ti que abre ante tu mirada un hermoso panorama? ¿O quizás estar en la playa por la tarde y observar la inmensidad de un cielo estrellado?
Lo que es más grande que nosotros a veces nos asusta, a veces se nos escapa, perdemos el control sobre ello, admiramos su belleza, contemplamos su perfección. Sin embargo, siempre tenemos el deseo de comprenderlo plenamente pero sin lograrlo, de perseguirlo sin atraparlo.
Si a esta sensación le sumas la del paso del tiempo y el hecho de que sólo después de unas horas, el mismo inmenso panorama tiene un sabor totalmente diferente cuando se pone el sol, o cuando sale la luna, te das cuenta de cuánta armonía hay a nuestro alrededor. que está hecho para deleitarnos si nos tomáramos el tiempo de contemplarlo.
Y sin embargo, a veces el tiempo se escapa, o estamos en el lugar equivocado en el momento equivocado y quizás perdemos la belleza de algo porque no estábamos en el lugar correcto en el momento correcto.
El clima es una fuerza poderosa que mueve todo en una dirección continua de cambio. El tiempo pasa, dicen, pero ¿realmente es así?
Relojes para marcar el tiempo
Hay herramientas maravillosas que siempre nos han fascinado y que han regulado nuestra vida durante siglos, ¡dándole además mayor estabilidad a nuestros espacios y a nuestro tiempo!
Hablemos de relojes. El hombre siempre ha intentado establecer el paso del tiempo con la mayor precisión posible.
Lo hizo vinculando todo a cosas estables, cotidianas, perennes y confiables, como las estrellas vitales para nosotros: el sol y la luna.
Así el hombre siguió los ritmos, marcó las fases y gracias a ellos descubrió la constancia, la precisión, la rotación exacta que por ejemplo la Tierra hace sobre sí misma y alrededor del Sol y la que hace la Luna sobre sí misma y alrededor de la Tierra.
Se refirió al decreto inamovible que reina en los cielos, trayendo así una mayor certeza aquí en la Tierra, una mayor conciencia de lo que por ejemplo llamamos día y noche, de lo que llamamos amanecer y anochecer, de lo que llamamos estaciones.
La percepción del tiempo
Es verdad el tiempo es un concepto subjetivo y cada uno de nosotros también lo experimenta de una manera y en la medida en que percibimos una realidad diferente. Basta pensar en lo que sucede en los mismos momentos o minutos mientras al mismo tiempo una persona está a punto de cruzar una calle muy transitada y al mismo tiempo una pareja de novios se besa tiernamente en un parque.
La percepción del tiempo de cada uno de ellos será diferente. dictado por lo que están haciendo y también del entorno circundante. Sí, porque, si en un caso el tiempo también se apresura mentalmente por miedo a un accidente, en otro parece durar una eternidad porque está ligado a un placer.
Pero qué lindo es cuando de cierta manera puedes tomar el control de la situación, controlar, gestionar y conservar el tiempo. Lo que nos ayuda a hacerlo mejor son las herramientas simples que la mayoría de nosotros tenemos hoy con nosotros, a menudo en nuestras muñecas: los relojes.
Nuestro concepto del tiempo a menudo está contenido allí. Gracias a ellos perfilamos nuestros días, nuestros compromisos diarios, nuestra vida, nuestros plazos, pero también los momentos esperados, los agradables... aquellos que 'no podemos esperar' a vivir.
Organizar, saber que todo está en su sitio en el día sin duda nos ayuda a vivirlo al máximo, y los relojes pueden recordarnos que el momento tan esperado de una cita romántica está a la vuelta de la esquina, o que la jornada laboral está a punto de llegar. para terminar y por fin podrás darte tiempo libre; que es momento de tomar un café en buena compañía, que es momento de ver una buena película, que es momento de dar un paseo cerca del mar o inmerso en la naturaleza.
Philip Watch: elegancia y refinamiento más allá del tiempo
Pero los relojes no son sólo eso. Los relojes además de ser nuestra conexión con el tiempo y el espacio también son parte de nuestra forma de expresarnos. Pueden hablar de nosotros. Si se eligen con gusto aportan clase y elegancia a nuestro look. Pueden hablar de nuestra sofisticación.
Algunas empresas llevan años trabajando para que este maravilloso instrumento no sólo sea bello y atractivo, sino también elegante y refinado.
Hablemos por ejemplo de Relojes Philip Watch que durante años han reflejado el trabajo de una empresa que construye modelos con características únicas y particulares, con materiales preciosos y cuidadosamente elegidos, como acero inoxidable o piel de alta calidad para sus correas, cristal de zafiro, componentes en oro, cerámica o titanio. Todo pensado para embellecer nuestra muñeca con algo más que un simple objeto, sino pura elegancia.
En conclusión podemos decir que vivir bien el tiempo es un deber, pero observarlo y contemplarlo en el espacio, como en la muñeca admirando un bonito reloj, ¡es sin duda un placer!