En Italia, como sabemos, el arte y la cultura abundan en todas las regiones. De norte a sur, los sitios culturales son omnipresentes. Algunos de ellos logran romper algunos récords mundiales. Este es el caso de la Santuario de Vicoforte, ubicada en el municipio del mismo nombre, en la provincia de Cuneo. Su peculiaridad radica en su cúpula elíptica: ¡es de hecho el más grande del mundo!
Para un trabuco
La cúpula fue construida en el siglo XVIII, sin embargo, el Santuario de Vicoforte tiene una historia mucho más antigua. Ya en la Edad Media existía un pequeño lugar de culto caracterizado por un pilón votivo. Aquí había un fresco que representaba Madonna y niño, construido por un hornero de la época como un buen augurio para su negocio. El pequeño pilón estaba en medio del bosque, en una zona donde se realizaban intensos viajes de caza.
Y fue durante una de estas cacerías cuando, en 1592, el cazador Julio Sargiano Golpeó accidentalmente el fresco con la Virgen. Según la leyenda, la pared, para sorpresa del cazador, comenzó a sangrar. Arrepentido por lo sucedido, Sargiano colgó su arcabuz en la pared y comenzó una recaudación de fondos para remediar el accidente. La respuesta no tardó en llegar y en pocos días se pudo cubrir el costo total de la restauración. Sin embargo, ese evento transformó el pequeño pilar votivo en un destino para miles de peregrinos. Esto atrajo la atención del duque. Carlo Emanuele I de Saboya quien encargó la construcción de un santuario capaz de albergar a los numerosos fieles. La obra fue encomendada al arquitecto. Ascanio Vitozzi con dos peticiones concretas: hacer de ese santuario un mausoleo para Casa Savoy y lucir el famoso arcabuz de Sargiano.
La cúpula del Santuario de Vicoforte
Pero, ¿cuándo se construyó la cúpula? Como se mencionó anteriormente, tenemos que esperar hasta el siglo XVIII. Para ser precisos, 1730 cuando el arquitecto francesco gallo consiguió financiar la majestuosa obra. En apenas cinco meses (de junio de 1731 a octubre del mismo año) se completó la imponente cúpula elíptica. 74 metros de altura con una longitud de 37 metros en el eje mayor: no existía tal cosa en el mundo. Curiosa la anécdota que narra el terror de los trabajadores que, una vez terminados, se negaron a retirar el andamio. En su opinión, de hecho, esta estructura nunca se habría mantenido y fue el propio Galo quien quitó el primer andamio.
A los lados hay cuatro campanarios, construidos en diferentes épocas. Las decoraciones internas (frescos, pinturas, etc.) fueron confiadas a mattia bortoloni e Biella feliz. El tema dominante de todas las obras se refiere a la Salvación, mientras que la estatua de Margherita di Savoia lleva la firma de Giuseppe I Gaggini.
El complejo es hoy considerado una de las obras más grandiosas y fascinantes del mundo. Símbolo del manierismo, pero también del barroco y de la arquitectura italiana en general. ¡Una joya para admirar en todas las estaciones del año!