Hermana Luisa Dell'Orto, monja italiana en misión en Haití fue asesinado en Puerto Príncipe, la capital del país caribeño. Sor Luisa, de 65 años, prestaba su servicio pastoral en la isla desde hacía veinte años. Perteneciente a la congregación de las Hermanitas del Evangelio de Carlos de Foucauld, fue considerada "El ángel de los niños de la calle". También fue el principal hito de kay chal, casa carlo”, En un suburbio muy pobre de Port-au-Prince. La estructura fue reconstruida gracias a los fondos recaudados por Caritas italiana con una gran colecta promovida por la CEI en 2010. El centro, animado también por los voluntarios de la Cáritas Ambrosiana, ofrece un espacio protegido para los muchos niños del barrio que es una verdadera favela.
Hermana Luisa Dell'Orto
Sor Luisa se encargó de su reconstrucción tras el catastrófico terremoto que asoló Haití en 2010. Nacida en Lomagna (Lecco) el 27 de junio de 1957, Sor Luisa era licenciada en historia y filosofía. Entrada en el Congregación de las Hermanitas del Evangelio de Lyon a la edad de 30 años se fue a Camerún. En 1994 se graduó en teología En Suiza. De 1997 a 2001 fue misionera en Madagascar, donde además de diversas actividades pastorales, enseñó ética general y especial. En 2002 llegó a Haití. También enseñó Historia de la Filosofía y Doctrina social de la Iglesia; también fue miembro del consejo editorial de una revista local. La monja también recibió el premio “Fumagalli-Cazzaniga” de Casatenovo (Lecco).
"Sor Luisa hizo de su vida un don para los demás hasta el martirio". El lo dijo Francisco expresando su “cercanía a los familiares y hermanas de Sor Luisa Dell'Orto, hermana pequeña del Evangelio de Carlos de Foucauld. Durante veinte años - recordó Bergoglio - Sor Luisa se dedicó sobre todo al servicio de los niños de la calle. Encomiendo su alma a Dios y rezo por el pueblo haitiano, especialmente por los más pequeños, para que tengan un futuro más pacífico. Sin miseria y sin violencia”.
En ocasión de Pascua, el pasado mes de abril, Sor Luisa escribió una carta a familiares y conocidos de la comunidad de Lomagna de donde procedía. En su misiva expresó su preocupación por la situación de violencia generalizada en el país caribeño. Violencia de la que fue víctima. Su vida terrena ha terminado pero queda su obra, su misión para miles de personas, en particular niños, que viven en uno de los países más pobres del mundo.. Una nación azotada por el hambre y continuas guerras que dificultan su desarrollo y convivencia pacífica.
(Foto página Facebook Charles de Foucauld Asociación Familia Espiritual Italiana)