El crecimiento de un ideal: la eco-aldea
La ecoaldea es la necesidad de reencontrarse con la madre naturaleza. Cada vez más personas están cambiando su elección de vida. De metrópolis caóticas, contaminadas por el smog y sometidas a estrictas normas de homologación. A las ganas de querer vivir inmerso en un pueblo ecológico.
El deseo surge precisamente de una sensibilidad que se ha desarrollado en los últimos años. Que tiende al respeto por uno mismo y por el medio ambiente. La creación cada vez más rápida de ecoaldeas es un mensaje claro para la humanidad. Lo que declara con contundencia un cansancio por todo lo relacionado con una vida contaminada. Sin una moral que defienda el medio ambiente.
La ecoaldea es una forma de encontrarse desde el punto de partida. Pero pudiendo hacerlo con más conocimiento gracias a la evolución, los estudios y los nuevos medios que pueden permitir una mayor efectividad para un proyecto de protección del medio ambiente.
¿Cómo es la vida en la ecoaldea?
Dentro de la ecoaldea se intenta así minimizar el impacto ambiental. Cada ecoaldea es autosuficiente, dentro de esta es posible dar vida a pequeñas comunidades colaborativas. Estos producen por sí mismos lo necesario para sobrevivir. Por tanto, es consecuente evitar tener que lidiar con otros modelos económicos y asentarse en una autonomía total. La producción de la huerta, la construcción de una casa, el compartir el espacio con el resto del pueblo y el alejamiento de las banderas políticas.
De esta forma queremos dar paso a un estilo de vida completamente nuevo y alejado del propuesto en la metrópoli. Que no se centra en hacer girar la economía en torno a un centavo, sino en que cada uno pueda tener una forma de vida independiente.
Ecoaldeas en Italia
Como prueba de lo dicho, el número de ecoaldeas en Italia ha aumentado en el espacio de unos pocos años. Ahora son ochenta comunidades que han decidido vivir de forma independiente, apoyándose en la limitación del impacto ambiental y en la autoproducción mediante la creación de pequeños huertos y jardines de los que sacar su fuente de supervivencia. La ecoaldea no es una comunidad exclusiva: es posible entrar por curiosidad, para aprender o intentar experimentar lo nuevo con total respeto por sus habitantes, su estilo de vida y sus ideales de serenidad.