Ubicado en el centro de Italia, Abruzos es la región de Italia donde la naturaleza es abrumadoramente protagonista. Tierra cantada y pintada por D'Annunzio y Michetti, se extiende desde las playas cristalinas de la costa adriática. Pasando por una extensión ondulada de colinas, mesetas verdes y valles ricos en agua, hasta llegar a su interior, donde reinan las montañas. Robusto y salvaje, formado por piedra caliza cristalina y grandiosos escalones cubiertos de bosques de hayas y robles.
Gran Sasso
Más alto que las nubes, el corazón de la región se eleva, el macizo del Gran Sasso. Desde aquí, la cima del Corno Grande y los picos del Monti della Laga emergen recortados contra el cielo a gran altura. Encaramado en estos picos, uno de los pueblos más característicos de la comarca, Barrea. Los caminos presentes en el Parque Majella se hicieron utilizando los antiguos caminos de la trashumancia, una experiencia única y emocionante. Vistas impresionantes, naturaleza virgen y pueblos con encanto rico en historia, estos son solo algunos de los aspectos que caracterizan al Parque Nacional de Abruzzo. Solo aquí es posible admirar algunas especies protegidas en estado salvaje. Igual que el oso marsicano, el símbolo mismo del parque y el águila real.
Turismo en Abruzzo
Existen numerosas zonas turísticas en las localidades de Pescasseroli y Roccaraso, donde es posible practicar diversos deportes de invierno. Primero que nada, esquiar. Pero también puedes ser aventurero excursiones a pie, a caballo o en bicicleta de montaña, por caminos bien equipados. El descubrimiento de Abruzzo se lleva a cabo respetando las zonas más vulnerables. En estas tierras el hombre interactúa con la naturaleza, pero sin contaminarlo.
Pueblos y ciudades
Lleno de encanto también los pueblos del interior, donde el pasado y el presente se casan y se suceden armoniosamente obras de arquitectura civil y religiosa. Abadías, iglesias, castillos, necrópolis y templos nos llegan bien conservados y aún llenos de encanto y misterio. Imposible no visitar Anversa degli Abruzzi, Città Sant'Angelo y Sulmona, el hogar de las almendras azucaradas, que fue el lugar de nacimiento del poeta romano Ovidio. L'Aquila, la capital de esta región, representa bien el encuentro entre leyenda e historia. Una ciudad que no se doblega y en la que se capte plenamente el alma orgullosa y valiente de sus habitantes.