El 21 de febrero estalló una situación que nos parecía lejana. Hasta ese momento había afectado a China y algunos otros países asiáticos. Ahora está aquí. La distancia se ha reducido de repente, a diferencia de un tiempo que parece dilatado. ¿Qué hacen los italianos? ¿Cómo reaccionan? ¿Qué "inventan"?
Tiempo de responsabilidad
¿Con qué frecuencia nos quejamos de que tenemos prisa? Que nos gustaría poder hacer más cosas de las que nos permite el ritmo vertiginoso de la vida cotidiana. "¡No tengo tiempo!" se dice a menudo. Quizás no estar satisfecho sea inherente a la naturaleza humana. Ahora que tenemos tiempo, y mucho, no podemos gestionarlo. De repente se volvió demasiado. Y entonces nos volvemos caprichosos. Por supuesto, este "encierro doméstico" no son vacaciones. No podemos dar vueltas ni ver a amigos o familiares. Quizás lo que tanto nos molesta es la falta de libertad. No poder hacer lo que quiere, dónde y cuándo va. Muchos experimentan síntomas de "congelación". Nos sentimos hibernando, como suspendidos en una dimensión extraña con personajes surrealistas.
Pero es bueno despertar, darse cuenta de que lo que se nos pide no es ningún tipo de esfuerzo. No hay tiempo para ser irracionales. Pensemos en los muchos por un momento trabajadores de la salud, médicos y enfermeras que realmente están sacrificando todo para salvar incluso los que, con extrema frivolidad, no comprendieron que había que quedarse en casa. Reflexionemos también sobre otro aspecto: muchos de nosotros tenemos la suerte de no haber contraído el virus. Centrémonos por un momento en la condición que están viviendo los enfermos, en cuidados intensivos, sobre el estado de angustia de sus seres queridos que ni siquiera pueden verlos. ¿Realmente todavía queremos quejarnos? SOLO TENEMOS QUE PERMANECER UN CASA. Pase tiempo en un lugar seguro y familiar. Sentámonos privilegiados, hagamos nuestro aporte responsablemente.
Italianos: gente de creativos
Circulan en estos diferentes días video en el que se entonan desde los balcones las canciones que mejor representan a nuestro bello país. Son himnos de valentía, verdaderas inyecciones de optimismo. ¡Y en esto los italianos son maestros! Ellos volvieron a enfundar los suyos creatividad junto con ese sentido de cohesión nacional que ha borrado todo parroquialismo. Nunca antes nos habíamos sentido unidos, orgullosos de vivir en este país. Un patriotismo también exhibido a través de la banderas ondeando en las ventanas.
Y luego, dibujos de arcoiris para infundir esperanza, para decirnos que "todo saldrá bien". Somos italianos, tenemos pasión e imaginación. No necesitamos grandes escenarios, solo necesitamos un balcón. Y así, junto con violines y guitarrasTambién aparece esa pareja abrazándose bailando en la terraza. Son imágenes cargadas de sentimiento. Pero los italianos también tenemos más. El lado cómico, el que nos ayuda a superar los momentos difíciles. Con nuestra ironía aliviamos la tensión porque ¡sonreír es vital! Y luego, todo lo que somos también emerge de nuestros hogares de los cuales nos esparcimos fuerza y energía saludable.
# Italiano en el corazón