Candelara, en la provincia de Pesaro, es un pequeño pueblo medieval conocido sobre todo por el mercado de velas navideñas, que se está celebrando estos días, y continuará todos los fines de semana, hasta el próximo 17 de diciembre. Inaugurado el pasado 25 de noviembre, el original mercado atrae a numerosos expositores y visitantes que acuden a Candelara para presenciar un espectáculo único.
Todas las noches, durante toda la duración del mercado, la luz artificial se apaga para dejar brillar miles de velas, creando una atmósfera extremadamente evocadora. Hay dos cortes programados del alumbrado eléctrico, de 15 minutos de duración cada uno: a las 17.30 horas y a las 19.00 horas.
Nombramiento de veinte años
Candelara acoge el mercado de velas desde hace veinte años. A este evento anual se unen varios momentos de espectáculos y entretenimiento a lo largo de las calles del pueblo: conciertos, artistas callejeros, talleres para niños, incluido uno para la producción de velas de cera de abejas. Para el deleite de los más pequeños, también está el Taller de Duendes, donde podrán dar rienda suelta a su imaginación utilizando materiales como arcilla, cera, papel, madera y crear adornos y figuras relacionadas con la Navidad. Además, los niños podrán encontrarse con Papá Noel en su casa y jugar con el carrusel de pedales.
En esta edición, el festival acoge a zancudos luminosos, músicos duendes, malabaristas y gaitas. En el mercado también hay esculturas de hierro forjado adornadas con cientos de velas que representan a los protagonistas del belén. La novedad de este año es la belén mecanizado, ubicado en el interior de la Iglesia de Santa Lucía con demostraciones en vivo de artistas que crearán estatuillas y accesorios.
Las más de 70 casas de madera que componen el mercado, además de velas artesanales de diferentes formas y olores, exhiben adornos navideños, productos culinarios locales, vinos y objetos artesanales. Por la noche, las llamas de las velas brillan por todo el pueblo, colocadas en los alféizares, en los balcones, en los porches, en las paredes, que dan un ambiente mágico y festivo, ideal en este período que precede a la fiesta más esperada de el año.
Un pueblo para visitar
Candelara, que tiene sólo 1200 habitantes, se eleva a 180 metros sobre el nivel del mar y está flanqueada por olivares, viñedos y robledales. Además de por sus paisajes, la ciudad atrae a los visitantes por su castillo: para llegar a él hay que cruzar un puente de ladrillo, que sustituye a un antiguo puente levadizo de madera. Dentro de la torre del reloj, puedes ver un intrincado mecanismo de relojería en acción. También destacan la Iglesia de Santa Lucía y la Villa Almerici, diseñada por el arquitecto Luigi Vanvitelli.
(Foto: Pro loco di Candelara (Pesaro), página de Facebook)
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