Optimismo, todo lo que necesitas es un poco de optimismo. Hoy el virus, ayer ISIS, anteayer la crisis, incluso antes de los crímenes sin resolver. Los medios nos dan noticias malas, horribles, las leemos, nos deprimimos, nos quejamos. Y dejamos de darnos cuenta de que entre estos puntos de oscuridad hay un maravilloso mundo luminoso que rodea nuestros días.
El mecanismo de los medios ahora es despiadado. El objetivo de cualquier medio de comunicación masiva es ganar dinero. Para hacer esto, se requieren grandes masas para usarlo. Para conseguir grandes masas la herramienta más sencilla es contar historias sensacionalistas que despiertan miedo y repugnancia. Y entonces llenamos las salas de televisión con monstruos y los periódicos y sitios web de noticias catastróficas.
Pero de esta forma apostamos por el optimismo. Hemos permitido que el pesimismo nos robe el gusto por la belleza.
Optimismo, todo lo que necesitas es un poco de optimismo.
Los italianos son tradicionalmente un pueblo optimista. Reaccionaron con una sonrisa y, a veces, con una pizca de sano cinismo ante las peores desgracias de la historia. Hoy se dejan convencer por los nuevos gaiteros mágicos de que el mundo es un lugar horrible, que el mal lo ha conquistado y que probablemente también esté a punto de acabar por culpa de lapolución.
Ningún pensamiento pesimista ha sido más perfecto que este. Pero, ¿estamos realmente convencidos de que este horizonte sombrío que escudriñamos es la única verdad? ¿Estamos seguros de que ser pesimistas es la única opción que tenemos y que el momento histórico que vivimos es tan terrible?
'Es un gran milagro que no haya renunciado a todo lo mío espera porque parecen absurdas e impracticables. Todavía los conservo, a pesar de todo, porque sigo creyendo en la bondad más íntima del hombre'.
¿Sabes quién escribió estas palabras? ¿Alguien más afortunado que nosotros, que no tuvo que soportar la crisis, los asesinatos y los virus que cuentan la historia de la televisión?
No. Anne Frank, una niña judía obligada a vivir su adolescencia en la clandestinidad y luego deportada y muerta en Auschwitz.
El optimismo no depende de lo que nos rodea, es una luz que debemos aprender a redescubrir dentro di noi. Y luego incluso todo lo que está afuera, ya sea una guerra, un virus o un día negro, se iluminará con colores que parece que hemos olvidado. Optimismo. Todo lo que se necesita es un poco de optimismo.