En marcha, en la provincia de Ascoli Piceno, grottammare es un pequeño pueblo con vistas al mar. O mejor. Está la parte alta que, enroscada en el borde de un cerro, da al puerto deportivo ("el viejo incasato", lo llaman). Y está la parte "moderna", que corre a lo largo del mar. ¿Sus habitantes? Tengo 16.200. Pero solo 180 viven en el antiguo pueblo.
Grottammare, su historia y el pueblo antiguo
La historia de Grottammare comienza desde lejos. Ya en el siglo VII - VI aC existía una necrópolis de Picene, cerca de la costa y en la colina. Su territorio fue el hogar de los monjes de Farfa hasta que, en 1259, el rey Manfredi sancionó el fin de la autonomía del pueblo y concedió el castillo de Grottammare y su puerto al municipio de Fermo. Porto, éste, que luego asumió un control y una función defensa de piratas así como un centro para el comercio de cereales, aceite, vino y madera. Sin embargo, en 1525, los piratas lograron conquistar la ciudad. Posteriormente fortificada y en el centro de una importante expansión, la localidad se convirtió en un lugar privilegiado de vacaciones para nobles y papas. Papa Pío VI y Garibaldi, Vittorio Emanuele II y Franz Liszt (incluso hay un Festival en su memoria, que atrae cada año a virtuosos e intérpretes lisztianos). Como prueba de la fama de la que gozaba Grottammare.
Hoy, visitar Grottammare significa sobre todo visitar su pueblo viejo. La parte superior, con sus casas rústicas y calles medievales. Para llegar a ella se sube por un camino de naranjos y frondosos agaves, antesala de un lugar mágico con vistas al mar. Con sus palmeras, sus amplias playas, las villas Liberty rodeadas de jardines. A ese carril bici y peatonal que, a lo largo de 8 km cerca de la playa, conecta Grottammare con Cupra Marittima y San Benedetto del Tronto (carril bici-peatonal de la Riviera delle Palme).
Qué ver
Uno viene a Grottammare por el mar. Pero la gente también viene a descubrir su historia y a ver esos monumentos que se destacan contra el cielo. Empezando por el fortaleza del siglo XIII. Porque, esta "perla del Adriático" que pertenece al circuito de los pueblos más bellos de Italia, te permite seguir los pasos del Papa Sixto V y del escultor Pericle Fazzini. ¿Los monumentos más bellos? Allí iglesia de Sant'Agostino con su escultórico Via Crucis, la torre Battaglia con las XNUMX obras de Fazzini, el Iglesia de San Giovanni Battista con el Museo Sixtina, la iglesia de Santa Lucía, el Teatro naranja. Dondequiera que se detenga, en Grottamare, se sumerge en el pasado.
A medida que desciende hacia el mar, la Edad Media da paso a la Libertad. Y no puedes evitar ser conquistado por las villas, comenzando con casa de campo Matricardi-Cola con el maoliche del Maestro Cesare Bazzani. Dentro de del Kursaal, que alguna vez fue un templo del entretenimiento, ahora alberga el Museo de Ilustración Contemporánea.
Para terminar el día en Grottammare, entonces, nos sentamos en una de sus tabernas. Y se puede degustar lo mejor de la tradición marinera, con el sabroso pescado del Adriático y las verduras del primer interior. Y luego el timbal, y el mixto frito con aceitunas Ascolana y cremini frito. Incluso si el protagonista es el pez, siempre y en cualquier caso. No solo lo que proviene de San Benedetto del Tronto, sino también y sobre todo el producto de la pequeña pesca artesanal. Una pequeña joya, imprescindible para degustar.
Fuente de la fotografía en evidencia: Grottammare alto - pizzodisevo 1937 - CC BY-SA 2.0
Hermosa 😍
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