Ezio Bosso, director, compositor, pianista y mucho más, nos dejó anoche, tenía cuarenta y ocho años.

ezio bosso en el teatro

Noticias que sabes que tienes que esperar, una para la que te has preparado.

Pero luego, cuando llega, te hace comprender que no estabas preparado en absoluto. Y sientes que algo se rompe dentro de ti.

Esta era la fuerza de Ezio. È la fuerza de Ezio. Pero tal vez forza no es la palabra correcta, es algo que no se puede describir bien. Algo que no se puede expresar con palabras. Pero tal vez en la música sí.

foto en blanco y negro de ezio bosso

Director, compositor, pianista, pero mucho más.

En San Remo en 2016 encantaste a los que no te conocían, jugaste Siguiendo a un pájaro y sacaste algo que no esperábamos, no de ti, de nosotros.

Se burlaron de ti por tu cabeza peluda, por esa cosa de dentro que temblaba al salir y te hacía temblar.

Era arte, belleza, tenías demasiado y querías salir.

"Ser liviano, burlarse de uno mismo", dijo, "es un asunto serio".

Y luego, en serio, la sonrisa nunca abandonó tu rostro.

Siempre.

Cuando estabas dirigiendo Las cuerdas de Londres, cuando le rendiste homenaje a Abbado con los tuyos Orquesta Filarmónica de Europa, cuando recogiste los premios Flaiano, el David di Donatello (premios que no son nada comparados con los que nos has otorgado) y cuando fuiste al parlamento europeo a decir 'Los que hemos dedicado nuestra vida a la música desde pequeños frecuentamos alemanes-austriacos como Beethoven, o franceses como Debussy, o alemanes como Brahms y Mendelssohn. Verás, no hay frontera. La música no es solo un lenguaje sino una trascendencia, que es lo que nos lleva más lejos', siempre, en cada momento, bajo la maraña de tu cabello había esa sonrisa obstinada.

Pero incluso más que obstinada, esa sonrisa siempre ha sido desarmadora. Porque lo podías ver muy bien, hasta un niño lo entendía, que a pesar de todo, a pesar de lo que poco a poco te comía por dentro, era una maldita sonrisa sincera. Todo el tiempo.

A esto me refiero cuando me refiero al tuyo forza qué fuerza no es, sino algo infinitamente mayor. El caso es que eras feliz Ezio. Estabas realmente feliz. Y siempre, en cada ocasión, de una belleza sin límites. Eso nunca dejará de extrañarnos.

Hasta pronto Maestro.

Uno de los seres humanos más bellos de todos los tiempos. ¡Hasta pronto Ezio! última edición: 2020-05-15T12:40:00+02:00 da Redacción

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