En un momento que parece tan extraordinario, abrimos una ventana a la tenaz normalidad de quienes siguen operando el país. Voces de quienes trabajan todos los días dejando su casa y sus seres queridos - y luego regresan (si se les da para hacerlo) con la duda de lastimarlos. Pequeñas historias de una cuarentena aún más difícil, precisamente porque es permeable.

Close-up de Ilaria en blanco y negro

Soy Ilaria y vivo en Palazzolo Acreide, en la provincia de Siracusa.

Estoy casada con Carmelo desde hace siete años. Es geólogo y trabaja como autónomo.

Desde que comenzó la emergencia de Covid-19, ha estado trabajando desde casa, en un trabajo inteligente. Y luego se ocupa de nuestros dos hijos, Matteo de cinco años y Gioele de solo un año.

Pero no estoy en casa. Soy enfermera y trabajo todos los días en el hospital.

Desde hace catorce años esta ha sido mi vida, exigente turnos y lejos de mis afectos. Pero estudié para ser enfermera y creo que no quería hacer nada más en mi vida.

Porque eso es lo que me gusta hacer: cuidar a los demás.

Después de todo, mi vida no ha cambiado desde que comenzó la emergencia. Sigo haciendo lo que siempre he hecho. También trabajo en el departamento maternoinfantil y todos los días ayudo a las madres que esperan dar a luz.

Una emoción pero también un gran temor para estas mujeres que se encuentran viviendo un momento importante de sus vidas lamentablemente solas, debido a las restricciones impuestas a los hospitales por razones de seguridad.

Pero este es precisamente un signo de esperanza. Esos recién nacidos son un símbolo de valentía, una invitación a seguir adelante a pesar de todo. Una emoción única que te da fuerza.

Este 2020 nos está poniendo a prueba. Saldremos cambiados, tanto los que se quedan en casa y se han visto obligados a cambiar sus hábitos, como los que viven en la calle todos los días, comprometidos con trabajos difíciles.

Tengo treinta y seis años. Ha habido tantos malos momentos en mi vida.

Sin duda lo más bonito es el nacimiento de mis dos hijos. Me ayudaron a superar a esos otros, de los que no quiero hablar.

Sé poco de lo que nos espera mañana. Pero hoy sé algunas cosas.

Hoy sé que tengo miedo de volver a casa todos los días. Al estar tan expuesto, como otras personas que trabajan en mi sector, me temo que puedo contraer el virus, aunque usemos toda la protección necesaria.

Sin embargo, estoy convencido de que no tengo miedo de continuar. Continuar haciendo mi trabajo.

Esta emergencia no afectó la pasión por lo que hago, el deseo que cada día me empuja a llegar al hospital y ponerme en servicio.

Deseo que yo, mi familia, todos ustedes permanezcan unidos. Solo así podremos separarnos de este mal período.

"Soy enfermera y no quisiera ser otra cosa". Ilaria última edición: 2020-05-09T12:26:00+02:00 da Redacción

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