Moreno Pascón, de 54 años, originario de Tarzo (Treviso), pertenece a esa categoría de italianos que han hecho realidad sus sueños en el exterior. Un ejemplo de gran coraje y determinación, Moreno, que dejó Italia después de perder su trabajo, logró abrir una heladería en Schramberg, una ciudad de Baden-Württemberg, en la Selva Negra, en Alemania. Su historia es increíble, porque justo cuando todo parecía perdido, Moreno demostró que tenía una gran fuerza de voluntad al decidir rehacer su vida, partiendo de cero.
Hoy su heladería es una de las más reconocidas en el exterior, y él, apreciado heladero-decorador, ya ha recibido varios e importantes premios, que le convierten en un auténtico profesional del sector.
Del despido en Italia a la revancha en Alemania
Todo comenzó en diciembre de 2012, cuando Moreno fue despedido en el acto por la empresa donde trabaja, que lo considera "demasiado mayor". Tiene 46 años, esposa y dos hijos. Es un golpe para toda la familia. Moreno está desanimado pero sabe que, a pesar de todo, tiene que arremangarse y buscar un nuevo trabajo. Tras dos años de desempleo, decide marcharse de Italia y sentar las bases de su futuro y el de toda la familia en otro lugar.
En 2014, gracias a un conocido de su esposa Rosanna, se fue a Alemania. Allí, con tenacidad y mucho compromiso, comienza a construir su nueva vida. Aprender alemán y la profesión de heladero, absolutamente nuevo para él. Trabaja durante seis años y se perfecciona en este trabajo. Decorar yo helado impecablemente, para conseguir pronto numerosos premios.
Moreno Pascón y sus hijos se convierten en los gerentes de "Punto Gelato"
Todo va en la dirección correcta y, en febrero de este año, Moreno finalmente abre su propia heladería: “Punto Gelato”. Sus dos hijos, Davide y Alex, se unen a él en el nuevo negocio. Ambos tienen roles específicos: Davide se encarga de la administración, Alex trabaja en el mostrador. Solo su esposa Rosanna permanece en Italia, donde cocina en un hospital. Ella, que se une a ellos siempre que puede, planea mudarse a Alemania en un par de años. Mientras tanto, las ayudantes Manuela, Ramona y Marika también se encargan de ayudar en la heladería.
Moreno Pascón, sacrificios y satisfacciones
Moreno trabaja con amor, sin reservas. Es infatigable. Su día comienza al amanecer y termina a la medianoche. La excelente calidad y frescura de sus helados le compensan los numerosos sacrificios, tanto que las primeras satisfacciones no tardan en llegar. "Punto Gelato" gana el título de mejor heladería en el estado federal de Baden Württemberg desde el punto de vista del cumplimiento de las normas sanitarias, colocándose en primer lugar entre las 356 realidades participantes en el certamen.
El excelente resultado es decretado por un jurado de médicos, 61 de 76, que realizan los controles necesarios sobre la limpieza del local y las herramientas utilizadas por Moreno y su personal. Es un gran reconocimiento, que llega en un período de emergencia epidemiológica. La atención del jurado también es captada por la calidad de sus productos, en particular por la helado de fresa, decorado con vinagre balsámico. Ya el año pasado, en el Salón Internacional del Helado Artesano de Longarone, Moreno ya había ganado un premio, el de mejor escaparate y, una vez más, de higiene.
Moreno Pascon, los secretos del éxito
Moreno se centra íntegramente en el helado fresco y "natural", logrando así atraer alrededor 400 personas al día. Un gran número de clientes, que pueden realizar pedidos directamente desde su teléfono móvil, sin dejar de estar cómodamente sentados a la mesa, gracias a una aplicación creada por su hijo Davide. Pero si los helados de Moreno son el orgullo del lugar, los clientes de distintas nacionalidades acuden a él incluso los viernes por la noche, por el "spritzer hora ”, o simplemente por la mañana para desayunar o degustar los excelentes bocadillos rellenos con productos de origen italiano.
En definitiva, “Punto Gelato” se convierte, en muy poco tiempo, en uno de los lugares más populares de la ciudad. Moreno habla de su historia con final feliz y los objetivos alcanzados en esta entrevista, que pretende ser un mensaje de esperanza, especialmente para quienes ahora están viviendo la dramática experiencia que vivió hace ocho años.
Moreno, ¿qué te impulsó a ir a Alemania?
En 2012, a los 46 años, perdí mi trabajo porque mi empleador ahora me consideraba mayor. Después del período de desempleo, con una hipoteca que pagar y una familia que administrar, el 24 de febrero de 2014, de acuerdo con mi esposa y mis hijos, decidí irme a Alemania. Agradezco a Sandro y Ferdinanda Pancera, quienes me dieron la oportunidad de trabajar durante seis años en Bocholt, en Renania del Norte-Westfalia. Allí empezaron mis primeras satisfacciones, porque, todos los años, ganaba el premio a la mejor decoración en el escaparate.
¿Por qué pensaste en abrir una heladería?
Cuando me fui ya tenía en mente hacerlo. Les dije a mis hijos que me iba a Alemania con la esperanza de algún día abrir nuestra propia heladería. En 2016, mi hijo Davide, que estaba a cargo de una empresa en Italia, dejó su trabajo para seguirme. Alex llegó al año siguiente y comenzó a trabajar en Austria primero. Hoy, los tres somos un equipo.
¿Qué tienen de especial tus helados?
Mis helados son artesanales. Los preparo todas las mañanas, con productos naturales, fruta de temporada y leche fresca. Esta es nuestra arma ganadora. Estoy feliz porque, después de tantos sacrificios, vienen muchas satisfacciones y no puedo olvidar la empresa Iceberg de His William y Delys Battiston, especializada en productos para el mundo del helado, que me permitió alcanzar estos importantes objetivos.
De todos tus helados, ¿cuál prefieres?
No tengo un favorito, pero lo que más me satisface es el helado de pistacho. La pasta proviene pura de Bronte (Catania, Sicilia). Para decorarlo, elijo chocolate, caramelo o vinagre balsámico. Es de lejos el helado el que hasta ahora ha despertado la curiosidad de los clientes, a los que les gusta tanto.
¿Qué te apetece recomendar a quienes han perdido el trabajo y ya no tienen treinta años?
Aquellos que pierden su trabajo a mi edad o incluso a más de 50 se encuentran atravesando un período muy difícil, porque en Italia, lamentablemente, las posibilidades de reintegración son pocas o nulas. Salir no es fácil y tampoco lo es aprender un nuevo idioma, como el alemán, probablemente uno de los más difíciles del mundo. Se necesita coraje y mucha buena voluntad, pero al final, los resultados siempre llegan. Solo créelo hasta el final.
¿Qué características debe tener una buena heladera?
Un buen heladero también debe ser bueno para decorar helados y la vitrina, porque el helado debe captar la mirada de las personas, incluso antes de deleitar su paladar. Un buen heladero también debe saber escuchar las sugerencias de la gente. Si hoy soy famoso por mis helados se lo debo a la empresa para la que trabajé, la cual me enseñó mucho, ofreciéndome una gran oportunidad.
¿Qué más tienes planeado para el futuro?
En 2022, junto con mis hijos y un colega nuestro, abriremos dos heladerías más, una en Leipzig y otra en Berlín. Serán dirigidos por Davide y Alex. Me quedaré aquí en Schramberg. La esperanza es poder hacerlo cada vez mejor. Hasta ahora lo he creído y me ha ido bien. Todavía quiero creerlo, junto con mi familia.
(Foto de la página de Facebook de Moreno Pascón)