¡Problemas de visión, solo tenga un par de anteojos! Hoy ciertamente no es difícil resolverlos dado el progreso de la medicina y la ciencia y la vanguardia de la instrumentación ortóptica. Sin embargo, hasta que se inventaron los preciosos lentes, la discapacidad visual era una gran aflicción para toda la humanidad.
Las primeras gafas de la historia.
Según fuentes históricas, hacia finales del siglo XIII tomó forma en el mundo de los intelectuales la idea de solucionar este molesto problema. De hecho, los primeros vasos de la historia deberían ser los inventados en Pisa en 1286. La fecha se inspira en el sermón del fraile dominico Guglielmo da Pisa que, en 1306, escribió el Cuaresma florentina. En el texto antiguo leemos que "no hacían todavía veinte años que se encontró el arte de hacer anteojos, que hacen ver bien, que es una de las mejores y más necesarias artes que tiene el mundo”. Además, cabe señalar que el sermón es el primer documento en el que aparece la palabra 'gafas' en lengua italiana.
Marca de distinción
Las gafas se convirtieron de inmediato en un signo de distinción para personajes de alto rango: médicos, hombres de letras, eruditos de diversa índole. Pero, como atestiguan algunas obras de arte, las preciosas lentes también aparecen en los rostros de grandes personajes históricos y religiosos. Otra nota particular es que, parece que ya en el momento de la Romani los que tenían problemas de visión recurrían a unos anteojos especiales para ver mejor. Entre las muchas hipótesis, es muy citada aquella según la cual todo parte del descubrimiento de poder agrandar objetos y caracteres impresos gracias a la lupa. Y así comenzamos a usar el vidrio para visualizar mejor las cosas o para leer con más fluidez. Una modalidad, al parecer, muy utilizada por el filósofo romano Séneca.
El escritor Plinio narra que "Neronem princem gladiatorum pugnas spectasse smaragdo”. Una afirmación que, para muchos, es el testimonio del uso que hace Nerón de una esmeralda con fines ópticos durante los juegos de gladiadores. Otros documentos importantes sobre este invento, que figura entre los más importantes de la historia de la humanidad, se pueden encontrar en Veneto. De hecho, en Treviso, en el interior de la Sala Capitular del convento dominico de la iglesia de San Nicolò, se puede admirar la pintura del Cardenal Ugone de Provenza firmado por Tommaso da Modena en 1352. Este fresco es una de las primeras evidencias del uso de anteojos. Esto también confirma que, ya en 1100, un Venezia la producción de lentes ahora estaba consolidada. Una producción nacida del gran arte del vidrio que, ayer como hoy, ve Murano como su fuerza motriz en todo el mundo.
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