Brolo, pedanía de Nonio, en Piedmont, es conocida como la tierra de los gatos. A lo largo de sus calles podrás encontrarte con numerosos gatos libres, que son cuidados y cuidados por los lugareños. Además, en los techos y paredes de las casas aparecen varias pinturas que representan a los queridos felinos.
En definitiva, todo aquí está inspirado en estas nobles y enigmáticas criaturas. El lugar, ideal para amantes de los gatos de todo el mundo, es visitado sobre todo por familias con niños que, curiosos y fascinados, se detienen a observar y acariciar a los queridos felinos. Pero ¿por qué Brolo es el pueblo de los gatos? Nos lo explica una curiosa leyenda que te contamos.
Todo empezó en 1756
Brolo es un pequeño pueblo de sólo 357 habitantes con vistas al lago de Orta. El motivo por el que se le conoce como el pueblo de los gatos está ligado a una antigua historia, que comenzó el 10 de octubre de 1756. Ese día, durante una sesión del consejo comunitario, la ciudad de Brolo pidió al pueblo de Nonio que se separara a nivel eclesiástico de la parroquia de San Biagio porque para llegar a ella los habitantes se veían obligados a cruzar un río sujeto a crecidas. Brolo afirmó que amueblaría y gestionaría de forma independiente la iglesia de Sant'Antonio Abate.
Ante el escepticismo de los habitantes de Nonio, empezaron a decir: "Cuando llegue la parroquia de Brol, al final se encontrará con ul friol", o “Cuando haya parroquia en Brolo, el ratón se pondrá su manto”. Los ciudadanos de Brolo se tomaron en serio el asunto y, como gatos, ahuyentaron del pueblo a todos los ratones, es decir, a los habitantes de Nonio. Era el 27 de abril de 1767 y afuera de la iglesia colgaron un ratón con un manto. Su nuevo lema fue: “Se creó la parroquia en Brolo y la rata se puso su manto”. La nueva parroquia fue la de Sant'Antonio Abate. A partir de ese momento, los ciudadanos de Brolo utilizaron el gato como símbolo para darle identidad a su pueblo.
Los gatos, protagonistas en los callejones
Brolo es un destino para numerosos visitantes, que llegan durante todo el año. Aquí, las señales de entrada y salida representan gatos, al igual que las pinturas en las fachadas de las casas y las paredes, los murales y las reinterpretaciones de obras de arte de conocidos pintores. Los gatos reales hacen su aparición emergiendo de callejones, ventanas y alféizares, para el deleite de los niños y de todos los amantes de los gatos.
En la carretera principal, colocado sobre un parterre de flores, se encuentra un pequeño monumento que representa un gato, creado en 2006 para identificar el pueblo. También está el Strescia dal Gat, una calle peatonal dedicada íntegramente a los gatos, así como numerosos carteles y "panettone" de hormigón con representaciones felinas.
(Foto: Brolo, el país de los gatos, página de Facebook)
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