"Fennel", "afeminado", como le llamaban a Andrea sus compañeros de la escuela primaria. Palabras que te marcan, palabras que te molestan. Mientras tanto, el joven se sentía mujer y no sabía qué hacer, con quién hablar sobre su transexualidad. Hasta que una crisis mayor que las demás le da la fuerza para afrontar la transformación. Y hoy se siente feliz.

Infancia marcada por la burla, adolescencia por las dudas. Finalmente el punto de inflexión para Andrea

“Fennel”, “afeminado”, como le llamaban a Andrea sus compañeros de la escuela primaria

Una infancia marcada por matones

Andrea, cuando era niño, buscó la compañía de otras mariquitas. Odiaba el fútbol y los deportes violentos. Le gustaba ser hermoso, elegir la ropa con cuidado, de modo que enfatizara sus formas armoniosas en lugar de abrigarse.

Comprendió que era diferente a los demás niños porque sufrió su rechazo ya en la escuela primaria. Hinojo, afeminado: los títulos se desperdiciaron. Probablemente nadie tenía una idea clara del significado de estos términos, pero era evidente que querían criticarlo y herirlo.

No fue fácil resistirse y luchar para que todos aceptaran su transexualidad.

A lo largo de los años, Andrea es incapaz de entender quién es él, de hacer que la gente entienda lo que significa ser transexual. Pero no se siente como un verdadero homosexual. Andrea se siente mujer.

¿Se puede obligar a un alma femenina a permanecer dentro del cuerpo de un hombre?

Andrea llega a la Asociación MIT de Bolonia, el Movimiento de Identidad Transexual.

A los 30 años, el punto de inflexión llegó para Andrea. El niño finalmente decide revelarse al mundo y dejar de sufrir. Es un momento oscuro, como suele ocurrir en los períodos de transición, un período de gran soledad pero de alguna manera resulta revolucionario porque empuja a Andrea a trabajar duro para encontrar una solución.

Así que Andrea para abordar en primer lugar el discurso de su homosexualidad se dirige a su médico de cabecera, con quien se siente más a gusto y lo deriva a un psicólogo. Andrea finalmente llega aAsociación Mit de Bolonia, Movimiento de Identidad Transexual.

Es un momento especial para Andrea. Finalmente se encuentra entre gente que tiene sus propias dudas y sus propias ansiedades infinitas. Sin tabúes, sin vergüenzas, sin timidez.

Y comienza el camino para convertirse en una mujer de pleno derecho, siguiendo el protocolo muy en serio. Andrea comienza con la psicoterapia que dura al menos seis meses, luego pasa a las pruebas endocrinológicas. También comienza a tomar hormonas para tener un mirada más femenina. Pronto las caderas se ablandan, los senos crecen y la barba se vuelve escasa. También se acerca el momento de la cirugía definitiva, la del cambio de sexo.

La nueva vida de Andrea

Hoy Rebecca es una mujer que tanto ha luchado para afrontar su transexualidad y encontrar su camino.

Andrea, que se convirtió en Rebecca después de una operación, ahora finalmente tiene una vida feliz. Se las arregló para enfrentarse a ella transexualidad gracias a la proximidad de su alma gemela que se convirtió en su marido durante este largo camino de cambio.

Su boda, celebrada en un pequeño pueblo cerca de Oslo, Noruega, fue la culminación de un sueño de amor. Hoy Rebecca es una mujer que tanto ha luchado para afrontar su transexualidad y encontrar su camino. ¡Pero finalmente está feliz!

La transexualidad de Andrea: una verdadera lucha contra la discriminación última edición: 2017-12-15T09:30:27+01:00 da rossana nardacci

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